Cultura

Plataformas alternativas

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Frente a la abrumadora oferta que despliegan los gigantes del streaming, los portales que apuestan a la curaduría de películas y series atraen a un número creciente de suscriptores. Estrenos, clásicos y ciclos programados lejos de los algoritmos.


(Patricio Oliver)

Netflix, Amazon Prime Video, Apple TV, Disney+, Hulu, Flow? ¿Una película o una serie? Multiplicidad de opciones para terminar viendo lo mismo de siempre o algo que no queríamos. La decisión es desgastante y muchas veces se pierde más tiempo eligiendo un contenido que lo que este en realidad dura. La puerta de salida para huir de la tiranía del clic podría encontrarse en las plataformas alternativas, que apuestan por un enfoque propio, diferencial, a la hora de diseñar su programación.
Ante una oferta desmedida regida por los algoritmos, la palabra clave es «curaduría». El investigador británico Michael Bhaskar es un experto en el tema y su libro, Curaduría, el poder de la selección en un mundo de excesos (FCE), resulta un ensayo fundamental para entender este fenómeno. Bahskar coincide con el popular eslogan que reza «menos es más». La enorme cantidad de datos a la que está expuesto el público hoy en día hace que los filtros sean imprescindibles y, para Bhaskar, las plataformas deben ofrecer entre tres o cinco opciones diarias, no mucho más.

Otras opciones
MUBI es una de las opciones que sigue la lógica propuesta por Bhaskar, brindando en su catálogo una colección siempre rotativa de películas. Creada por el turco Efe Cakarel como una red social para cinéfilos, cuenta con una diferencia clave contra sus competidores: se centra en 30 títulos seleccionados cuidadosamente por un grupo de 20 expertos, incluyendo y eliminando una película al día.
«MUBI se enfoca ante todo en la curaduría, y está abierta a cualquier persona con un amor genuino por el cine», dice Sandra Gómez, manager de MUBI América Latina. «Desde 2007 es un servicio que se concentra en la calidad y la atención al detalle. Enfocados en el arte cinematográfico, programamos exclusivamente películas y no usamos un algoritmo que elige por los usuarios», completa. El portal ya venía experimentando un fuerte crecimiento, pero la llegada de la pandemia aceleró el proceso. «Desde principios de 2020 duplicamos el número de suscriptores a nivel mundial», precisa Gómez.
«Plataformas como MUBI le dan la posibilidad al espectador de acercarse a títulos que no se estrenan comercialmente», sostiene el crítico Javier Luzi. «Tiene una manera de pensar la programación como podría ser el caso de la Sala Lugones del Teatro San Martín, ofreciendo ciclos, revisando la obra de un director o un movimiento estético. Y desde ese lugar el espectador puede suplir ausencias, baches, en su educación sentimental cinematográfica», agrega.
En nuestro país CINE.AR Play, Octubre TV o Contar pueden ser consideradas como espejos de estas propuestas alternativas. Además, al tratarse de opciones gratuitas tienen una posibilidad de llegada mucho más amplia. La programación también sigue una línea similar, enfocada en ciclos, revisiones y novedades. «El catálogo de estas plataformas está compuesto por un cine que permite pensar, cuestionarse, reflexionar, experimentar. Un cine que se hace preguntas en lugar de ofrecer respuestas», afirma Luzi.
La cineasta Paula de Luque, directora de Octubre TV, afirma que los criterios de selección que maneja están anclados en la calidad y la diversidad de miradas. «Octubre TV no tiene una curaduría dirigida hacia un solo tipo de espectador. La idea es que el público pueda hallar todo el cine que no llegó a editarse en video en su momento y que a la vez no se encuentra en otros lugares. En ese sentido tenemos retrospectivas y a la vez contenidos exclusivos, también videoarte, videodanza y una gran cantidad de material que es rotativo y dinámico», describe.
En tiempos de pandemia, la plataforma gratuita que depende del Grupo Octubre también sirvió para la realización virtual de los festivales de cine argentinos que no pudieron concretarse de manera presencial. A lo largo del año pasado, eventos como Construir Cine, FIDBA, Latinarab, FESAALP, Cartón, La vida es corta o el Festival de Cine de Ensenada, entre otros, lograron mantener la continuidad anual con una buena respuesta de público.
«Al no poder hacerse de manera presencial, los festivales perdieron lo que es el ritual de ir al cine, con todo lo que eso significa y también genera. Pero al mismo tiempo han ganado en cantidad de público, porque en lugar de verse en tres, cuatro o diez salas, se pueden ver en todo el país durante las 24 horas del día», agrega De Luque, directora de la reciente película Escribir en el aire.

Made in Argentina
Pública y gratuita, Contar depende de la Secretaría de Medios Públicos y hoy ofrece más de 3.800 horas de contenidos, las señales educativas y culturales Encuentro, Pakapaka y DeporTV, y el Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (BACUA). Creció de manera exponencial en el transcurso de 2020 con su propuesta de películas, documentales, series y programas científicos y educativos de origen nacional. A su vez produce contenidos propios, como fue el éxito de Terapia en cuarentena, una de sus series más vistas.
El director del portal, Juan Pablo Gugliotta, señala que en el nuevo escenario que trazó la pandemia, las plataformas audiovisuales a demanda salieron beneficiadas. «Todas han crecido y, en nuestro caso, sextuplicamos nuestro público, llegando actualmente a 1.150.000 usuarios. Y si bien nosotros no trabajábamos exclusivamente con cine argentino, empezamos a tomar este tipo de material porque notamos una fuerte necesidad del público hacia esos contenidos», destaca.
También CINE.AR Play, que depende del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), aumentó considerablemente sus visitas desde el comienzo de la emergencia sanitaria. Cerca de 70 películas formaron parte de la grilla de Jueves de estreno, el programa impulsado por el organismo para exhibir a las flamantes producciones locales: fueron vistas por decenas de miles de espectadores, muchos más que los que podrían haber asistido a las salas si se hubiese tratado de estrenos convencionales.
«Durante la pandemia, tanto Cine.Ar TV como Cine.Ar Play le dieron al cine argentino la posibilidad de estrenar mientras las salas están cerradas. Y eso no solo implica llegar a los espectadores de todo el país, sino también la oportunidad de crear nuevos públicos», sostiene Luzi.
Para Cynthia Sabat, jefa de prensa de varias películas locales, «en esta cuarentena muchos descubrieron que había un mundo más allá de Netflix. Comenzaron a tomar importancia plataformas que antes eran las cenicientas del cine argentino, como Contar y CINE.AR, porque se convirtieron en el único camino para llegar al estreno. Pasamos de la capacidad limitada de las salas de Buenos Aires a la posibilidad de que cada habitante de cualquier punto del país vea estrenos de cine argentino. Así de grande fue el cambio».
Qubit es otro de los servicios de streaming disponibles en Argentina que se caracteriza por ofrecer, además de títulos actuales, una gran cantidad de clásicos de todas las épocas. «Básicamente Qubit es cine. Si bien en un principio había algunas series, se privilegió la idea que teníamos de ser una plataforma de cine relevante, con un menú heterogéneo, que no sea monótono», dice el periodista Javier Porta Fouz, programador del portal y director artístico del BAFICI.
Qubit sube un promedio de entre 25 y 30 películas mensuales. Y si bien hay cine argentino, su fuerte está en un catálogo que abarca producciones de todo el mundo. «Somos lo más parecido a lo que antes podía ser Liberarte como videoclub. En Qubit el usuario se puede armar varios recorridos por la historia del cine», afirma Porta Fouz.
A diferencia de otras plataformas, a Qubit la pandemia no le alteró sustancialmente el panorama. «Si bien en marzo y abril tuvimos un aumento en el flujo de usuarios, no hubo un tremendo cambio en ese sentido. Apuntamos a un público fiel, al que le ofrecemos todas las semanas nuevas propuestas», apunta Porta Fouz. Y completa: «Nosotros tenemos un perfil definido, porque cuando la gente busca una plataforma distinta, sea por el coronavirus o por que llovió durante tres días seguidos, necesita que tenga una identidad clara».