21 de marzo de 2013
Con decenas de miles de seguidores y una sucesión de mensajes diarios cargados de ironía, sarcasmo e ingenio, la identidad de personajes como el Pibe Trosko o la Dra. Pignata es un misterio.
El Pibe quién? ¿Pero cuándo te volviste comunista vos?», podría contestar un interlocutor poco enterado al escuchar la risa de alguien que acaba de leer un tuit del Pibe Trosko. Sucede que, para quien no está habituado a Twitter y su dinámica, sus personajes son un misterio. Es como querer saber quién es Cristian U sin haber mirado jamás Gran hermano o los programas de chimentos. Como la televisión, la red social del pajarito consiguió conformar su propio micromundo, con sus referentes y habitués de la pantallita o, dicho con mayor propiedad, de su «línea del tiempo».
Entre estas figuras, uno de los fenómenos más interesantes es el de ciertas personalidades ficticias que trabajan sobre la base del humor y la ironía para cosechar seguidores, respuestas, tuits marcados como «favoritos» y retuiteados (es decir, reenviados). Personajes como el Pibe Trosko (@pibetrosko), la Dra. Alcira Pignata (@drapignata) o Sabrina Subenires (@lachicasabrina) cuentan sus seguidores por decenas de miles: él tiene más de 61.000, mientras que ellas superan los 94.000 y 149.000, respectivamente.
Para dar una idea de la magnitud del fenómeno, basta con recordar que en un estadio de fútbol, durante un recital importante, pueden entrar 50.000 o 60.000 personas. Si consideráramos «rating» a los seguidores, Sabrina Subenires tendría más audiencia que más de un programa televisivo de pobre andar. Esto exige un matiz, porque cada retuit que reciben sus ocurrencias la ayuda a llegar a más lectores/seguidores.
¿Estos son los capocómicos de la era virtual? En principio, ninguno de ellos recurre a poner señoritas ligeras de ropa en situaciones comprometidas. La clave está en frases ingeniosas y agudas. Desde su creación, y como 140 caracteres no permiten mayor desarrollo de una idea, el ingenio es el recurso que más dividendos da en Twitter. De allí que los juegos de palabras, los códigos compartidos, el sarcasmo y la ironía sean las señas de identidad de este espacio de internautas.
Por ejemplo, Pibe Trosko comenzó satirizando a la izquierda argentina, pero ahora su fuerte está en el abordaje de las cuestiones de actualidad, e incluso en la interacción con las cuentas de políticos «de verdad». Así, de su primera época conserva tuits memorables sobre asambleas de dos días para decidir qué galletitas vender en el buffet de Filosofía y Letras.
La Dra. Pignata, en cambio, aparece como una odiadora serial de ultraderecha. «Soy parte de una minoría blanca y cristiana en un país de negros peronistas», se presenta en su «biografía». Así, sus tuits son de lo más ácido de la red y, si no mediara el código compartido, cualquiera creería encontrarse ante una líder del Ku Klux Klan. Su humor es un tanto extremo: «ella» dispara contra todas y todos. ¿Alguien quiere una discusión sobre los límites del humor? Bueno, la Dra. Pignata puede generar sin esfuerzo una polémica al respecto. Cuando se cumplió el primer aniversario de la muerte de Luis Alberto Spinetta, un tuit suyo hizo explotar de furia a sus fans. «Con el Flaco no, Dra.», intentaron frenarle el carro entre varios.
En cambio, Sabrina es el estereotipo de la chica boba, o descerebrada. Un perfil simple que tuitea constantemente con horrores ortográficos y sube fotos de gusto cuestionable, cuanto menos.
Otra cuenta divertida es la de NFL Para todos (@NFLPARATODOS, 30.000 seguidores), que comenta las alternativas futbolísticas de la semana con la terminología y los modismos propios de los relatos televisivos de la National Football League estadounidense. Así, Boca Juniors es «Boca Bosteers», Riquelme es «Happy Roman» y para referirse a un tanto hablan de «gol de campo». Una vez que uno comprende los códigos o las «traducciones» que hacen del folclore futbolístico, además de fuente de risas, los de NFL pueden ser una fuente de información para seguir los resultados de cada domingo o de cada ronda de la «Liberators Cup».
El CEO Magnetto (@HEMagnetto, con 44.000 seguidores) es una figura recurrente de esta red social. No es un personaje estrictamente ficticio pues, por supuesto, está inspirado en la figura del mandamás del grupo Clarín. Desde su cuenta declama órdenes a sus empleados y a la oposición política nacional. Tuvo su momento de auge en plena efervescencia por la ley de Medios. Su llegada fue tan amplia que incluso sacó un libro.
Una reacción muy curiosa es la que generan los lectores que tienden a tomarse demasiado en serio lo que estas personalidades ficticias tuitean. En pleno ardor por el «8N», al Pibe Trosko le llegaron mensajes privados invitándolo a unirse a una célula armada para derrocar al gobierno. Por su parte, la Dra. Pignata recibe con frecuencia respuestas de gente que acuerda plenamente con las mismas ideas sobre las que ella ironiza.
Ahora bien, ¿quién es toda esta gente? ¿De dónde sacan tanto tiempo para tuitear? ¿No trabajan? Esas preguntas, en general, quedan sin respuesta. Estos personajes rara vez se revelan en público y sus responsables casi nunca dan notas. Sí se sabe, por ejemplo, que la cuenta de Pignata pertenece en realidad a dos personas que se alternan para tuitear. Los mismos estarían a cargo de la cuenta de la chica Sabrina. Del resto, poco y nada se sabe. En la incógnita, en el misterio sobre su identidad reside buena parte de su magia.
—Andrés Valenzuela