Cultura

Violencia contenida

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Mientras el tema del acoso escolar ganó una visibilidad reciente a través de los medios, las ficciones cinematográficas y televisivas también se hicieron eco de la problemática. Un repaso que va de la polémica 13 Reasons Why al film local El corral.

Popular. El argumento de 13 Reasons Why es motivo de discusión entre especialistas.

En los últimos años, el bullying o acoso escolar tomó un bienvenido protagonismo en los medios. Hasta el momento, la cara más visible de este fenómeno es 13 Reasons Why, la muy debatida serie de Netflix centrada en la historia de una adolescente que se quita la vida, pero antes de hacerlo deja como legado trece grabaciones de audio que dan cuenta de los motivos y las personas que la impulsaron a tomar tan drástica decisión.
Consultada por Acción, la psicóloga Alma Gutman considera que sobre el tema existen abordajes «más marketineros y en clave de espectáculo», y otros más serios. «Tal vez los primeros tengan más llegada a los jóvenes y los segundos llamen más la atención de los adultos; se puede considerar que al tener una llegada masiva pueden ser de gran utilidad para que la problemática “entre” en los hogares», sostiene. En cuanto a 13 Reasons Why, Gutman hace una observación sobre su enfoque: «El hecho de que incluya ingredientes siniestros, como la cinta con la voz de la chica muerta que se dirige a cada uno de los implicados, conforma un drama algo excesivo, que puede llevar a una situación de culpabilización que no ofrece salida».
Lo cierto es que antes de que se hablara del acoso escolar bajo la forma de una palabra inglesa (bully significa matón), no existía una reflexión profunda sobre la cuestión. Más allá de las críticas, 13 Reasons Why es una ficción sumamente consciente de su contexto, en el que el bullying es un «problema» que debe ser tratado, a diferencia de lo que ocurre con clásicos del cine que, sin trivializarlo, retratan el tema de manera más despojada, como en la célebre y escalofriante historia de Carrie (1976).

Cine debate
Entre los productos audiovisuales más recientes, se podría mencionar A girl like her (2015), falso documental de Netflix sobre una adolescente que registró todos los flagelos a los que la sometieron sus compañeros antes de quedar en coma, a causa de un intento de suicidio. El film de suspenso The gift (2015) se destaca en el tratamiento del bullying, a partir de una trama que gira en torno a un adulto que no logra recuperarse de un pasado traumático. El caso más reciente es Extraordinario (2017), que por su tono y la corta edad de su personaje principal (un niño que nació con una malformación e ingresa a la escuela primaria) puede ser vista por una audiencia más familiar.

Compinches. Los protagonistas de El corral.

En materia documental, se destacan Audrie and Daisy (2016), de Bonni Cohen y Jon Shenk, y Bully (2011), de Lee Hirsch. El primero se detiene en la experiencia de dos chicas que sufrieron una violación y tuvieron que padecer la posterior distribución de su registro en video; mientras que el segundo muestra cómo se ve afectada la vida de cinco estudiantes que son acosados por sus compañeros.
Por último, a nivel local se destaca El corral (2017), que aborda el vínculo entre dos estudiantes de secundaria. El primero es la típica víctima de bullying y el segundo será su alter ego, aquel que lo lleva a cometer actos de vandalismo contra quienes lo someten a diario. La película transcurre en los 90, dato no menor. «Que uno fuera acosado o maltratado en el colegio era algo “normal”, que le pasaba a determinadas personas que tenían la mala suerte de pertenecer a un bando y no al otro», apunta Sebastián Caulier, su director.
A tono con el cambio de paradigma que se ha dado sobre el tema, el realizador rememora una situación positiva: «En el Festival de San Pablo proyectamos la película el día posterior a que un chico víctima de bullying matara a tiros a dos compañeros en un colegio de Brasil. Entonces se dio un debate intenso sobre la lógica de la violencia escolar y el histórico rol cómplice, por acción u omisión, de las instituciones educativas y de las familias. Jamás pensé que mi película se prestaría a esos debates y me alegra mucho que así sea».