18 de mayo de 2021
Hay quienes cosechan sin haber sembrado, y con paciencia y saberes, recolectan lo que la naturaleza da. Esto lo han aprendido a través de generaciones los yuyeros de Puerto Gaboto, pequeña localidad santafesina ubicada en la intersección de los ríos Carcarañá y Coronda. El reconocimiento y recolección de yuyos es, junto con la pesca, uno de los oficios más antiguos en la ribera de estos ríos, donde, durante las distintas estaciones del año, se recolectan en banquinas o costas de ríos y lagunas, unas 80 variedades de yuyos –Marcela, carnicera, paico o yuyo colorado, entre otros– que venden por kilo a acopiadores o «yuyerías», que a su vez proveen a industrias de bebidas, cosmética y farmacéutica del país. Sin embargo, por lo desgastante del trabajo y las horas empleadas para que rinda económicamente, la actividad va desapareciendo a paso lento.