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Año crucial

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Mejorar los desempeños deportivos y fortalecer la organización interna asoman como los objetivos de un Seleccionado que terminó 2013 envuelto en conflictos, con cambio de técnico incluido.

 

Estancamiento. El único triunfo de Los Pumas en su gira europea fue ante Italia. (Télam)

Luego de la apretada victoria contra Italia, en noviembre del año pasado, el capitán de Los Pumas, Juan Manuel Leguizamón, remarcó la necesidad de «hacer un balance y ver cómo se encara 2014». No había mucho para festejar. Aquel test match jugado en el estadio Olímpico de Roma significaba el cierre de un año marcado por el estancamiento deportivo, la difusión de rencillas internas, el alejamiento prematuro del entrenador Santiago Phelan y un escándalo dirigencial que incluyó la denuncia penal contra dos ex empleados de la Unión Argentina de Rugby (UAR) por el supuesto delito de administración fraudulenta. También se consumó el retiro definitivo de Felipe Contepomi, el jugador con más presencias en el seleccionado argentino, y la renuncia del neozelandés Graham Henry, ex entrenador de los All Blacks y asesor de Los Pumas durante las dos últimas temporadas.
Era imprescindible mezclar las barajas y dar inicio a una nueva etapa, con Daniel Hourcade como flamante entrenador y una apuesta que debe aprender de los errores y potenciar los aciertos si quiere proyectar a la Argentina a los primeros planos del rugby mundial. Tras asumir, Hourcade señaló: «Por supuesto que algo pasó y la renuncia de Phelan lo deja en claro, pero no sé lo que fue ni me interesa saberlo, ya que eso deberán arreglarlo entre quienes corresponda». Y añadió que en cualquier grupo hay diferencias pero que «lo importante será que ellas no aparten a los jugadores del objetivo principal, que es el colectivo, porque si no hay buen grupo, no hay equipo».
A lo largo de 2013 se disputaron 12 partidos, 6 de los cuales correspondieron al Rugby Championship, obteniendo un par de victorias contra Georgia y los Azurri italianos (equipos alejados de los puestos de elite) y 10 derrotas, varias de ellas contundentes. La caída 73 a 13 en el estadio Ellis Park de Sudáfrica, frente a los Springboks, terminó siendo la expresión más dolorosa de ese derrotero; una goleada que abrió heridas y fijo los límites del proceso iniciado a finales de 2011, cuando Argentina fue invitada a participar en el Rugby Championship, competencia anual que reúne a las principales potencias del hemisferio sur: Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia. En la edición 2012, Los Pumas pudieron rescatar un empate contra el equipo sudafricano: 16 iguales en un partido disputado en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. Sin embargo, en 2013 fueron todas derrotas, más allá del carácter demostrado en varios pasajes de la competencia y el deseo, finalmente incumplido, de capitalizar la experiencia anterior e incorporar variantes de juego que permitieran acortar la diferencia histórica que existe con las principales selecciones del planeta rugby. Las abultadas caídas frente a Inglaterra y Gales, tests matches disputados en la última gira europea, fueron una nueva constatación de esta realidad.

 

Retos
«El objetivo ahora es apuntar el juego, sobre todo en la parte ofensiva, e ir sacando conclusiones que nos permitan llegar al Mundial de Inglaterra 2015 con un grupo bien consolidado», subrayó Hourcade luego de ser confirmado como entrenador de Los Pumas. Este año las prioridades estarán centradas en recuperar el carácter y la fortaleza grupal, facilitar la transición de los jóvenes que se incorporen al plantel y mejorar la estructura organizativa. El primer ensayo será en la Pacific Rugby Cup 2014 (Australia), competencia que será disputada por el seleccionado Pampas XV, integrado en su gran mayoría por jugadores formados en los Centros de Alto Rendimiento que la UAR montó en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tucumán y Mendoza. Luego llegará el turno de Los Pumas, teniendo previsto un nuevo calendario de 12 partidos: 6 tests matches y otros tantos compromisos en el Rugby Championship 2015.
La temporada se abre así con el desafío de seguir ganando roce internacional y exhibir progresos capaces de trazar un nuevo horizonte. El año pasado primaron los desaciertos, pagando un costo muy alto en materia deportiva, dado que la alta competencia no perdona los desmanejos dirigenciales ni la improvisación. De allí que sea imperioso reducir los márgenes de error, favorecer la paulatina profesionalización del rugby argentino y ampliar el desarrollo de la infraestructura disponible; algo que va más allá de los resultados y deberá sostenerse en el tiempo si se pretende instalar a Los Pumas entre los mejores equipos del mundo. De lo contrario, el tercer puesto obtenido en la Copa del Mundo de Francia 2007 pasará a ser un hermoso espejismo. «Los Pumas, si los comparamos con el fútbol, somos como Camerún», declaró Contepomi en El Gráfico Diario días antes de su despedida. Una analogía que señala los enormes retos que quedan por delante.

Lautaro Cossia

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