Con un plantel de estrellas, Golden State Warriors dejó atrás un mal comienzo y apuesta a ratificar su hegemonía con la obtención del tricampeonato. Entre sus rivales aparece Los Angeles Lakers, revitalizado con Lebron James. Récords y desafíos en juego.
28 de diciembre de 2018
Las Vegas. Stphen Curry, líder del actual campeón, ante la marca de LeBron en un encuentro disputado en el T-Mobile Arena, en octubre pasado. (Miller/Gina/AFP /Dachary)
El básquet, asiduamente, exhibe a equipos que marcan épocas por forjar una identidad de juego y, al mismo tiempo, cuentan con atributos para seguir cosechando éxitos. De ahí que pasado el primer cuarto de la temporada 2018/2019, Golden State Warriors, a pesar de algunos conflictos internos y de subir y bajar en la tabla de posiciones, se erija como el gran candidato para jugar las finales por el título. La etapa regular del torneo terminará el 10 de abril de 2019. La pregunta que flota en el aire de la NBA es si algún equipo podrá quebrar el dominio de Golden State, ganador de tres de los últimos cuatro anillos. Steve Kerr, su entrenador, dijo que no se parecen a los Chicago Bulls de Michael Jordan en la década del 90, acaso uno de las mejores formaciones de la historia. La frase tiene un significado: porque en caso de que los Warriors lleguen a las finales por quinto año consecutivo alcanzarán un hito. «Nuestro lugar en la historia ya está asegurado y no creo que los jugadores deban sentir mucha presión –aclaró Kerr–. Pero tampoco estamos para el último baile». Si Cleveland Cavaliers, en la temporada 2015/2016, le arrebató el título a los Warriors se debió, en gran medida, a la labor de LeBron James, quien desembarcó en Los Angeles Lakers, la amenaza inminente a la dinastía de Golden State.
El primer desafío para los Warriors en esta temporada ya se presentó. Y excedió lo deportivo, las lesiones, las presiones y al propio LeBron. Se trata del factor humano: continuar la convivencia entre las estrellas. El primer cimbronazo ocurrió el 12 de noviembre, cuando Draymond Green discutió en pleno partido ante Los Angeles Clippers con su compañero Kevin Durant. Fue derrota de Golden State, lo que amplificó el efecto de la pelea, que siguió en el vestuario. Green, luego, fue sancionado. Stephen Curry, uno de los tres capitanes, dos veces mejor jugador de la temporada (MVP), asumió el papel de mediador. «Han ganado campeonatos juntos, han dado lo mejor de cada uno –dijo Curry–. No creo que hayan tenido un incidente tan grave. Tenemos la oportunidad de hacer algo especial este año. Habrá altibajos y piedras en el camino, pero al final del día nada debe distraernos de nuestro objetivo». Las palabras surtieron efecto en medio de un momento especial. En esta temporada, Golden State exhibió la peor racha desde que Kerr es el entrenador –es decir, desde 2015– con cinco derrotas en siete partidos. Pero logró dejar atrás los malos resultados, y ya se posiciona entre los primeros de la Conferencia Oeste.
Alta competencia
La NBA, de todos modos, no se reduce a un equipo. A veces se puede centrar en una megaestrella. Es el caso de LeBron James, protagonista de las últimas ocho finales. Cleveland Cavaliers, sin él, naufraga en las profundidades de las posiciones de la Conferencia Este. LeBron jugó 11 temporadas en los Cavaliers. Los llevó a conquistar el único anillo de su historia. Además, ganó dos títulos con Miami Heats. Ahora asume el desafío con Los Angeles Lakers, que vuelven a tener a un jugador determinante después de Kobe Bryant –otro astro, clave en el último título de la temporada 2009/2010– y después, sobre todo, de completar el peor lustro de su historia. Los Lakers quieren impedirle a los Warriors que ganen tres anillos de modo consecutivo, ya que ellos fueron los últimos en lograrlo entre 2000 y 2002, con Bryant y Shaquille O’Neal. Y si lo impiden con el anillo, igualarán a Boston Celtics como máximo ganador de títulos de la NBA (17).
«La NBA es LeBron. Todo lo que hace, afuera y adentro de la cancha, es noticia. Es el hombre. Su movimiento generó una revolución y el resto de las franquicias tuvieron que mover sus supercracks para no quedar lejos. Tenerlo te da el mote de candidato, pero Los Angeles Lakers es un equipo nuevo, en formación. En sí, está todo muy parejo», dice Martín Núñez, periodista argentino abocado a la NBA. LeBron, que cumplió 34 años el 30 de diciembre, está rodeado de un equipo de jóvenes y veteranos talentosos y temperamentales, como Brandon Ingram (21 años), Lonzo Ball (21), Rajon Rondo (32) y Lance Stephenson (28). Una temporada de 50 victorias y un regreso a los playoffs, cuentan los especialistas, saciaría a la mayoría de los fanáticos. Pero tal vez no a LeBron, que firmó por cuatro temporadas con los Lakers, su última gran aventura en la NBA. «Tenemos un largo camino para poder ganarle a los Warriors –dijo–. Llevan juntos varios años. Nosotros tenemos que ser mejores cada día y, con el tiempo, ponernos en una posición para ganar el anillo».
Cara a cara
Pero la NBA, en rigor, tampoco se reduce a un jugador ni a un equipo. Es más que los Warriors y LeBron. En la Conferencia Este aparecen algunos equipos que quieren llegar a la final, otros candidatos, como los Philadelphia 76ers con Jimmy Butler, Joel Embiid y Ben Simmons; los Toronto Raptors con Kyle Lowry y Kawhi Leonard; los Milwaukee Bucks con Giannis Antetokounmpo –acaso el mejor jugador en lo que va de la temporada– y, claro, los Boston Celtic con Kyrie Irving y Gordon Hayward. En la Conferencia Oeste, además de los Warriors y los Lakers, Denver Nuggets, Memphis Grizzlies y, en especial, los Houston Rockets de Chris Paul y James Harden, MVP de la temporada 2017/2018, se posicionan para avanzar a los playoffs, la instancia donde se enfrentan dos rivales y uno queda eliminado. De hecho, en la final de conferencia de la temporada pasada, Houston llevó a Golden State hasta el séptimo partido y lo puso más que en apuros a los campeones.
Antes del inicio de la temporada le preguntaron a los 30 entrenadores de las franquicias a qué equipo veían como campeón. El 87% respondió que a Golden State. Ocurre que, con la contratación de DeMarcus Cousins, los Warriors pueden alinear un quinteto de jugadores que participaron en el All Stars Game (Juego de las Estrellas, un evento importante del torneo): Curry, Klay Thompson, Durant, Green y Cousins. No sucedía desde el Celtic de la temporada 1976. «Comprendemos que ganar el campeonato está a nuestro alcance si nos ocupamos de nuestros asuntos, y hacerlo tres años de manera consecutiva es una oportunidad tremenda para nosotros. No nos debe dar miedo», dijo Kerr, el entrenador de los Warriors. Además de los Lakers, y los Celtic, que ganaron ocho títulos seguidos, de 1959 a 1966, solo Minneapolis (1952 a 1954) y los Chicago Bulls de Jordan (1991 a 1993 y 1996 a 1998) lograron tricampeonatos. Golden State Warriors, además de tener por delante a LeBron, tiene un cara a cara con la historia de la NBA.