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El colombiano de 22 años se convirtió en el primer sudamericano en ganar el Tour de France y es considerado la nueva estrella del ciclismo mundial. El talento y su capacidad para prevalecer en distintas superficies, cualidades que lo llevaron a la élite.

Líder. El cafetero encabeza la vigésima etapa de la 106º edición del certamen francés. (Pachoud/AFP/Dachary)

En agosto de 2014, un joven colombiano de 17 años, ubicado duodécimo en el ranking de la Unión Ciclista Internacional, publicaba en su Facebook un pedido de apoyo para competir en el Mundial en Noruega de Mountain Bike –ciclismo de montaña–, y sumar experiencia. Los tiempos en su evolución se aceleraron. Porque poco después de aquel mensaje, y con 22 años, Egan Bernal se erige como la nueva estrella del ciclismo mundial y promete marcar una época tras ganar el mítico Tour de France. Un logro mayúsculo teniendo en cuenta que es el primer latinoamericano en conseguirlo, al que le añadió otro hito: convertirse en el segundo ganador más joven del Tour en toda su historia.
El presente de Bernal se explica por momentos y nombres claves. Después de que Fabián Rodríguez lo descubriera y lo entrenara en la escuela municipal de Zipaquirá, una ciudad de montaña a 40 kilómetros de Bogotá, Bernal mostró todo su talento en la especialidad de Mountain Bike. Sin embargo, al poco tiempo, y con solo 19 años, el colombiano potenció su trayectoria con la llegada de un nuevo guía, Pablo Mazuera, quien lo respaldó económicamente para que compitiera como profesional en ruta. Así, se instaló en Italia y, desde la primera carrera en esa modalidad, deslumbró a los cazatalentos. «No he visto a nadie como él, rompe todos los moldes», dijo Eusebio Unzué, gerente del equipo español Movistar, uno de los mejores del mundo, que ya tenía en sus filas a Nairo Quintana, la gran estrella del ciclismo colombiano. El elogio de Unzué fue en ocasión del triunfo de Bernal en el Tour del Porvenir 2017, una carrera tradicional en suelo francés reservada para ciclistas sub23. En ese momento, el experto español solo tenía un objetivo en mente: sumarlo a sus filas.
Sin embargo, otro gigante de este deporte había posado los ojos sobre la joven promesa. Ocurrió ese mismo año, 2017, cuando el actual Equipo Ineos –se llamaba Sky en aquel entonces– anunció la contratación de Bernal, a cambio de 300.000 de euros. Dave Brailsford, jefe del Sky y padrino de los campeones del Tour Chris Froome, Brad Wiggins y Geraint Thomas, resolvió asegurar su ficha por cinco años más y multiplicarle el salario por ocho, para colocarlo en el top 5 de ciclistas mejor pagos del mundo. «Un contrato de cinco años es excepcional en el ciclismo, pero Egan es un talento excepcional», explicó Brailsford al anunciar el vínculo con el prodigio colombiano. No estaba equivocado.

Todo terreno
¿Qué lo hace tan especial a Bernal? Es un verdadero todo terreno. Nacido a 2.700 metros sobre el nivel del mar y radicado en Andorra, tiene una gran resistencia a la altitud. Como los viejos «escarabajos» colombianos –así denominaron a los ciclistas cafeteros que hicieron historia por su manera de escalar– es un escalador top, como lo demostró en el Tour de 2018, cuando hizo el trabajo sucio en Los Alpes para que ganaran Froome y Thomas, sus compañeros de equipo. «Es uno de los mejores escaladores del planeta y además tiene una respuesta positiva en pruebas de velocidad en el llano», sintetiza Mauricio Silva, autor de La leyenda de los escarabajos, libro que narra las hazañas de los ciclistas colombianos en Europa.
Como si fuera poco, Bernal también brilla en el empedrado. Basta con mencionar su triunfo en la Vuelta de Suiza 2019. Para su mentor Rodríguez, el secreto está en sus inicios en el Mountain Bike: «Tiene una técnica especial en el control de la bicicleta. Alcanza con recordar la Vuelta a Suiza, cuando derrapó. Un corredor de ruta normal se habría caído». Esa capacidad para saber moverse en diferentes superficies y pruebas, cautivan a aficionados y especialistas.
Por lo pronto ya consiguió el lauro más deseado, el Tour de France, esa competencia en la que brillaron grandes como los europeos Eddie Merckx, Jacques Anquetil, Bernard Hinault, Fausto Coppi y Miguel Indurain, entre otros. No sería extraño que, en unos años, haya que incluir un apellido sudamericano en esa célebre lista. Bernal ya sabe de hazañas.

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