Deportes | JULIÁN ÁLVAREZ

El salto de la araña

Tiempo de lectura: ...
Roberto Parrottino

El futbolista de River explotó el último año con goles y asistencias de jugador top mundial. Su historia y el análisis de los que acompañaron su crecimiento.

Puro gol. Festejo del delantero después de convertirle a Racing, en la fecha en que la entidad millonaria obtuvo el torneo local.

TÉLAM

En 2021, Julián Álvarez fue el futbolista argentino con más goles y asistencias después de Lionel Messi. El dato arroja que el atacante de River convirtió 26 goles y dio 18 asistencias en 53 partidos. Posicionarse detrás de Messi le valió ser elegido el mejor jugador de América por el diario uruguayo El País y un lugar entre los 100 mejores del año en el listado del diario inglés The Guardian. Con la Supercopa Argentina, la Liga Profesional y el Trofeo de Campeones que ganó con River, y con la Copa América como parte de la selección argentina, 2021 quedará en la historia de Álvarez como el año de la explosión. Ahora lo sondearon los clubes top de Europa, desde Manchester United y Bayern Munich a Inter y Real Madrid. Apresurados o no tanto, algunos lo sitúan como la gran aparición argentina desde Messi y Sergio «Kun» Agüero. Álvarez es la clase de futbolista que todo lo hace simple, que completa con un sobresaliente todos los registros del juego. Pero lo que le dio el salto de calidad fue el poder de fuego, esa voracidad en la red: acabó como el goleador de la Liga Profesional con 18 goles.
Julián Álvarez nació el 31 de enero de 2000 en Calchín, un pueblo a 110 km de Córdoba capital abocado a la agricultura, de 3.200 habitantes. En la canchita cercana a su casa, mientras jugaba con hermanos y amigos, recibió el apodo de «Araña»: parecía que dominaba la pelota con más de dos pies. A los 11 años, casi se queda a entrenar en las inferiores de Real Madrid. «Estuvo un mes allá. Era tanta la diferencia que sacaba acá que lo venían a ver de todos lados. Los pasaba por arriba a los rivales. Encaraba y se iba hasta el área, por derecha o por izquierda. Jugaba parecido a como lo hace ahora con River», dijo Claudio Gorgerino, el intendente de Calchín. Álvarez le regaló una camioneta a Rafael Varas, su primer entrenador en el Club Atlético Calchín, que a su vez trabaja en la distribución de artículos de supermercado. Y, cada vez que vuelve al pueblo, deja botines, remeras y ropa deportiva para los chicos del club. «Mi sueño es que cuando ya no sea futbolista –dijo después de consagrarse con River–, sea reconocido por ser buena persona».

Joya cuidada
A diferencia de otros casos, Álvarez y su familia no se apresuraron después de la experiencia en Real Madrid. Recién en 2015, a los 15 años, Gabriel Rodríguez, coordinador de la Séptima, Octava y Novena de River, las categorías «chicas», logró convencerlo para que se viniera a River. No quería vivir en Buenos Aires. Lo invitaron a entrenarse, a que conociera la pensión, el colegio y el Monumental. Aceptó. «Es un delantero completo –dice Rodríguez a Acción–, con gran panorama, visión de juego y excelente técnica. Y es un profesional muy disciplinado pese a su juventud y muestra una madurez poco común para su edad. Por eso enamoró enseguida a Marcelo (Gallardo), lo que no es nada fácil de lograr». Julián Álvarez es el último eslabón del ojo panóptico de Gallardo con los juveniles. «Julián tuvo tres años de desarrollo, altos y bajos, pero un compromiso de crecimiento –dijo el entrenador de River–. Hoy está en su mejor momento, pero aún tiene mucho para dar». Gallardo protegió su crecimiento. Lo llevó muy de a poco, lo aconsejó y cuidó.
Los sueños más próximos, dijo, son ir al Mundial de Qatar 2022, ganar el Mundial de Clubes con River y, más allá, jugar la Champions League. Álvarez, a contramano de los últimos tiempos en el fútbol argentino, podría pasar sin escala a un club grande de Europa. Pasó de actuaciones correctas –sobre todo de extremo o mediocampista por las bandas– a deslumbrantes como delantero, acompañado o solo en el ataque. Entró en la histórica final de la Copa Libertadores 2018 ante Boca en Madrid. En el último Superclásico, clavó un golazo de larga distancia en el triunfo de River en el Monumental. «Gambetea como si fuera un wing, se tira atrás para asociarse jugando a un toque e incluso abre espacios a partir de diagonales bien pensadas», lo describió Matías Conde en el sitio The Analyst. En enero de 2021 tenía diez goles en River, no era titular y no había sido citado a la selección. Muchó cambió desde entonces.
Julián Álvarez, cuya cláusula de salida alcanza los 20 millones de euros, es un cóctel de dinamita con calidad, generosidad y picardía. Y aún no tocó techo.