La Plata Rugby Club y Atlético del Rosario, dos instituciones emblemáticas del país, regresaron a la máxima categoría de la URBA. Sentido de pertenencia, juventud y unidad grupal, factores que explican sus exitosas campañas. Las metas para 2019.
28 de noviembre de 2018
Campeón. El equipo canario venció 64 a 17 a Deportiva Francesa, en la anteúltima fecha. (Gentileza diario El Día)El rugby de Buenos Aires y Rosario, con una historia de más de un siglo y medio, cuenta con clubes que se convirtieron en una marca registrada del deporte argentino. Por el desarrollo de la disciplina y por promover desde sus bases a jugadores que luego se destacaron en Los Pumas y en el exterior. En ese marco existen instituciones que no son ajenas a las crisis deportivas, pero que persisten en recuperar el protagonismo perdido.
Dos buenos ejemplos los ofrecen hoy La Plata Rugby Club y Atlético del Rosario, entidades que en 2018 se repusieron de un duro golpe. Es que un año atrás descendieron del Top 12, la máxima categoría de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), por lo que debieron reconstituirse desde una categoría inferior. Allí consiguieron ser los mejores gracias a la unidad grupal, el sentido de pertenencia en el plantel y una idea de juego reconocible y efectiva.
Para los Canarios, como apodan a La Plata por el amarillo de su camiseta, se trató de un desahogo, teniendo en cuenta que, luego de 27 años de permanencia en la élite, el descenso sembró interrogantes sobre el futuro. Sin embargo, despejó las dudas al consagrarse campeón del torneo de Primera A, la segunda división. Lo logró con su estilo ofensivo pero también gracias al aporte del cuerpo técnico integrado por Dimas Suffern Quirno, Francisco Albarracín, Antonio Mazzoni y José Manuel Roán, todos muy identificados con el club. «Nos sacamos un peso de encima», explicó Juan Martín Rico, jugador canario, quien de cara a 2019 señala: «La idea es alcanzar las semifinales del Top 12», una meta por demás ambiciosa.
No obstante, la trayectoria de La Plata Rugby Club avala plantearse exigentes objetivos. Con más de 7.000 socios, es uno de los animadores históricos de los torneos. Ostenta cuatro títulos, entre ellos el Nacional de Clubes de 2007, a lo que se suman los esfuerzos para hacerse un lugar en la disciplina superando escollos. Fundado en 1934 como resultado de una escisión del club Gimnasia y Esgrima La Plata, los Canarios practicaban al borde de la cancha de de fútbol del club tripero hasta que lograron instalarse en Gonnet. Su intinerario incluye un episodio trágico cuyas marcas perduran: 20 de sus deportistas fueron víctimas del terrorismo de Estado. Con placas alusivas, el club transmite su historia a los nuevos integrantes, otro factor que explica el sentido de comunidad que persiste en la institución.
Segunda Plaza
El otro ascendido, Atlético del Rosario, es también una entidad ilustre, aunque su recorrido es más largo que el de los plantenses. Nacido hace 151 años, fue el primer club rosarino en participar de la Primera División del fútbol nacional y miembro fundador de la River Plate Rugby Championship, hoy Unión Argentina de Rugby (UAR). Con esos pergaminos, a los que se agregan 5 títulos del torneo de la URBA, el equipo Plaza –se lo llama de este modo por el nombre de su campo deportivo (Plaza Jewell), tenía la obligación del regreso. «Cumplimos con el objetivo, confiaba mucho en este equipo», señala Franco Rossi, el entrenador. No le faltaba razón. Si bien contó con experimentados como Martín Rodríguez Gurruchaga, el ascenso tiene mucho valor dado que su plantel estuvo conformado por mayoría de jóvenes (solo tres jugadores superan los 22 años) con promisorio futuro. Prueba de ello es que, para la última gira de Los Pumas, Mario Ledesma citó a dos pilares del equipo: Lucio Sordoni y Mayco Vivas.
Asentado en esa camada, Atlético del Rosario aspira, en primer lugar, a ser competitivo en 2019. Fundamentalmente por las dificultades que plantea el Top 12, hoy con 5 equipos de gran nivel. «Plaza siempre peleó arriba, pero la élite hoy es más acotada», señala Rossi. Aun así, los rosarinos vuelven revitalizados y con el sueño de conquistar el torneo después de casi 20 años (el último fue en 2000). Como La Plata Rugby Club, saben de su lucha por superar la adversidad. También de la fortaleza de su historia para revivir momentos felices.