El seleccionado acumula 24 derrotas en 29 partidos exhibiendo debilidades de juego que condicionan el trabajo de los entrenadores. El factor anímico y los otros desafíos de la gestión Ledesma rumbo al gran reto de 2019: el mundial de Japón.
11 de enero de 2019
Referente. El nuevo capitán, Pablo Matera, conduce un ataque frente a los Wallabies. (NA)En el marco de un nuevo ciclo los Pumas se preparan para afrontar un desafío que resultará clave en su futuro: nada menos que medirse con las grandes potencias del rugby en un torneo único y cada vez más seguido por los aficionados en todo el planeta. El mundial de Japón, a iniciarse el 20 de septiembre, marcará el punto más alto de exigencia para un seleccionado con dificultades en materia de resultados y funcionamiento bajo las órdenes de sus últimos tres entrenadores: Santiago Phelan, Daniel Hourcade y el actual, Mario Ledesma.
El 2018 fue turbulento, sobre todo luego de la salida de Hourcade en pleno proceso mundialista y cuando su plan de trabajo –se dijo desde la dirigencia– apuntaba a Japón. Sin embargo, el conductor decidió abrirle camino a la contratación de Ledesma, quien ya se había insertado en el circuito de la Unión Argentina de Rugby (UAR) como entrenador de Jaguares, la franquicia que la UAR tiene en el Super Rugby. De la mano del exhooker, Jaguares exhibió una visible mejoría en su rendimiento –de hecho el equipo alcanzó los playoffs de la competición por primera vez–, por lo que su desembarco en los Pumas se dio de manera natural.
El comienzo de la gestión Ledesma también mostró progresos, especialmente en el prestigioso Rugby Championship. Por primera vez desde que participa (2012), los Pumas obtuvieron dos triunfos de gran impacto sobre Sudáfrica y los Wallabies australianos, en Gold Coast.
Pese a las auspiciosas señales, los Pumas terminaron el año de modo deslucido con una derrota dura en el cierre del Rugby Championship frente a los Wallabies y cuatro caídas consecutivas en la última gira europea. Resultados que activaron otra vez las alarmas. Es que el seleccionado suma 24 derrotas en los últimos 29 partidos, por lo que también será fundamental el estado anímico con el que lleguen al Mundial. Matera, flamante capitán, trazó un crudo diagnóstico: «Nuestro problema número 1 es 100% mental». Es una lectura que explica, en buena medida, los errores defensivos, las desatenciones y la falta de confianza para manejar situaciones de juego favorables que sigue mostrando el equipo.
Definiciones
En este panorama, el primer certamen oficial del rugby argentino –el Super Rugby que disputarán los Jaguares entre febrero y julio– adquiere especial interés. Fundamentalmente porque le permitirá a Ledesma tener un panorama más claro sobre los 30 representantes que elegirá para Japón. También incide la posibilidad de que vuelvan a ser citados mayor cantidad de jugadores que compiten en torneos de Europa (ya 3 fueron habilitados para jugar). Se espera, por tanto, que se flexibilice aún más la norma que les impide representar a su país a quienes se desempeñan en el viejo continente. En el caso argentino se trata de un factor crucial teniendo en cuenta la reciente partida de Nicolás Sánchez al Stade Français Paris.
La conformación del plantel y alcanzar un mejor nivel de juego, con mayor fortaleza anímica son ítems primordiales si se considera la jerarquía de los adversarios. Instalado en el grupo C, el seleccionado se medirá con dos de los candidatos, Francia e Inglaterra. «Nos falta mucho todavía, aunque me parece que hemos mejorado. Este proceso va a llevar tiempo», avisó el entrenador. Lo que está en juego abarca todo un ciclo: defender un lugar en el mapa mundial. Ese salto de calidad que comenzó en 2007 de la mano de una camada liderada, entre otros, por Agustín Pichot, Felipe Contepomi y el propio Ledesma, el conductor que ahora, del otro lado de la línea de cal, buscará no perder aquel espíritu.