A los 19 años, Leandro Bolmaro brilla en el Barcelona y es seguido de cerca por equipos de la NBA. De los inicios en Las Varillas, de Córdoba, a las comparaciones con Messi y Ginóbili. Claves y virtudes de un nuevo producto del semillero argentino.
15 de enero de 2020
Euroliga. Desequilibrante, el joven albiceleste busca el aro en un duelo ante Valencia Basket. (Rodolfo Molina /Getty Images)
El básquet argentino transita por el período post Generación Dorada con señales auspiciosas. Alcanza con mencionar lo que ocurrió en el Mundial de China 2019, donde se colgó la medalla plateada con un plantel integrado por una gran cantidad de jugadores jóvenes, guiados por el eterno Luis Scola y al ritmo de Facundo Campazzo. Sin embargo, el semillero no deja de producir talentos que generan aún más esperanzas. El último de ellos hoy está en boca de todos: se trata de Leandro Bolmaro, de apenas 19 años, jugador del Barcelona en la prestigiosa Liga ACB de España.
Las actuaciones sobresalientes con el conjunto blaugrana motivaron que especialistas destacados de Estados Unidos ubiquen a Bolmaro entre los jugadores con más chances de llegar a la NBA en la próxima temporada. Algunas franquicias, de hecho, ya mostraron interés por tenerlo en sus filas. ¿De qué modo? Mediante el Draft, como se conoce al proceso de selección de talentos que lleva adelante la liga, orientada a juveniles de menos de 22 años. La chance de arribar a la meca del básquet no sorprende: por cualidades técnicas y físicas, el argentino luce como jugador de élite.
Claro que su presente se explica, sobre todo, por haber sabido aprovechar su oportunidad. Es que Bolmaro, quien llegó al Barcelona en 2018 como promesa, fue elegido por el entrenador para subir al primer quipo luego de las lesiones de tres titulares: el francés Tomás Heurtel, el canadiense Kevin Pangos y el español Pau Ribas. Así, sus desempeños en la Liga ACB y en la Euroliga impactaron en España y retumbaron en la NBA: «Estamos hablando de un jugador con muchísimo talento y de gran proyección. Dispone de variados recursos de juego, es atlético y exhibe un muy buen tiro. Es el prototipo de jugador que buscan en EE.UU. Probablemente allí no tenga un impacto inmediato, pero sin dudas tiene condiciones y potencial para llegar a la mejor liga del mundo», dice a Acción Leandro Fernández, editor del sitio oficial de la NBA.
Ascenso meteórico
La carrera de Bolmaro se forjó a base de pasión por el deporte desde temprana edad. Basta mencionar que el joven nacido en Las Varillas (Córdoba) primero comenzó a practicar atletismo, siguiendo los pasos de su hermana Camila, para luego sí inclinarse por el básquet. Con predisposición al trabajo, expresada en sus prácticas en soledad para mejorar su rendimiento, y mentalidad de superación, Bolmaro fue creciendo hasta dar el primer gran salto desde su club natal, Almafuerte, a Bahía Basket, el equipo que mejor prepara a los jóvenes talentos.
Pese a disputar apenas un puñado de partidos en la Liga Nacional, Barcelona apostó por él y se lo llevó a Cataluña. Su crecimiento ha sido tan notorio que Svetislav Pešić, entrenador de los catalanes, lo definió como «El otro Leo», en referencia a Lionel Messi. Más aún: los hinchas de Barcelona ovacionaron a Bolmaro al grito de «Messi, Messi». Algunos especialistas lo comparan con Emanuel Ginóbili por su proyección y su forma de jugar. En ese plano, Bolmaro se destaca por su altura (mide 2,03 metros) y coordinación de movimientos, atributos que le permiten desempeñarse en el rol de base o escolta, dos posiciones en las que los jugadores, incluso en la NBA, suelen no ser tan altos. Cabe destacar que Barcelona tiene en la mira a los jóvenes argentinos: en 2019 sumó a Juan Ignacio Marcos, compañero de Bolmaro en el Mundial U19, quien se desempeña en el segundo equipo.
Comparaciones y elogios al margen, lo cierto es que Bolmaro, de seguir así, podría ser convocado por Sergio Hernández para disputar los Juegos Olímpicos de Tokio con el seleccionado. Antes o después, quizás, podría cerrar su desembarco a la NBA a la luz de lo que perfila su figura. Un talento sin techo.