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Primera paleta

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Fernando Belasteguín, surgido en pleno auge del deporte en nuestro país, desde hace 14 años encabeza el ranking mundial con numerosos logros y récords. Los disímiles reconocimientos ­en España y Argentina y los planes futuros en su carrera.


En juego. El pehuajense, vigente a los 36 años. (Alberto Morante)

 

En las década del 80 y 90, el pádel fue uno de los deportes que más proliferó en la Argentina. Cientos de canchas se construyeron en todo el país, en virtud de su masiva práctica, a la vez que comenzaban a aparecen grandes talentos en la disciplina. En ese momento, en el Club San Martín de Pehuajó, Fernando Belasteguín empezó a practicarlo cuando tenía 11 años, sin tener claro si se trataba solo de un pasatiempo o, por el contrario, si podría perfeccionarse en la actividad para competir profesionalmente en un futuro.
Con la crisis económica y social que vivió Argentina, el pádel perdió terreno y de a poco el furor por el deporte se fue apagando. No obstante, varios jugadores siguieron dedicándose a la actividad, entre ellos Belasteguín. El deportista de Pehuajó se convirtió en número uno del mundo y referente del pádel, por lo que decidió emigrar a España en 2001 para desarrollarse profesionalmente.
Consultado por Acción, Belasteguín recuerda sus expectativas de ese momento. «Cuando decidí dejar estudios, familia, amigos, entre otras cosas, fue para probar un tiempo y volver, pero me encuentro con que ya pasaron 15 años de mi salida del país. Venía con la intención de entrenarme para saber si servía para practicar este deporte en el más alto nivel».  En 2002 se juntó con el argentino nacionalizado español Juan Martín Díaz y desde ese momento marcaron el ritmo a nivel internacional. Precisamente, en esa temporada, se consagró por primera vez en el mundial por parejas y también representando a la Argentina, logro que repitió en tres ocasiones más vistiendo la camiseta celeste y blanca.
Durante los 13 años de la dupla Belasteguín-Díaz, los resultados fueron contundentes: no solo lideraron el ranking internacional por ese tiempo, siendo la única pareja que ostenta ese récord, sino que además ganaron 170 de las 191 finales que disputaron, en tanto estuvieron invictos desde setiembre de 2005 hasta mayo de 2007. Como si fuera poco, se consagraron en 22 torneos consecutivos durante ese período.
Pese a los éxitos conseguidos, ambos pusieron punto final a sus carreras deportivas en conjunto y decidieron continuar el camino con otros compañeros. Así, el pehuajense decidió convocar al brasileño Pablo Lima, ubicado hasta ese momento en el segundo escalón del ranking mundial. Luego de un año de competencia, Belasteguín y su actual partenaire culminaron en el primer lugar del ranking la temporada 2015, la decimocuarta consecutiva para Fernando. «Ha pasado todo muy rápido y no soy consciente de lo que he logrado, pero sé que lo disfrutaré muchísimo cuando no juegue más. No es menor acreditar una carrera con 14 años consecutivos como número 1», le dice a Acción.

 

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En la actualidad, el World Padel Tour forma parte del circuito internacional y profesional, e incluye torneos a lo largo de un año, disputados mayormente en España (en 2016, además competirán en Montecarlo y la Argentina). España es el país donde más afinidad hay por este deporte: más de tres millones de personas lo juegan frecuentemente, pese a que nunca han tenido un número uno mundial. Además, la disciplina suscitó el interés de políticos que practican este deporte, como José María Asnar, o deportistas de otros rubros, como el tenista Carlos Moyá o el futbolista Andrés Iniesta. En ese contexto, Belasteguín adquirió tanto reconocimiento que es convocado para ofrecer charlas, jugar partidos amistosos o participar de homenajes, como el que le realizó el mismísimo Barcelona.
A nivel nacional, Belasteguín fue galardonado con el Olimpia de plata en diez oportunidades, pero a pesar de todos sus pergaminos, pasa inadvertido cuando está en el país. «Quizás otro necesita de continuos elogios y el reconocimiento a cada paso. Si mis únicas expectativas fueran cubiertas por el afán de ser reconocido no sería la persona que soy», admitió el argentino.
El final de la historia deportiva de Fernando Belasteguín se vislumbra lejano. Aún le quedan años como jugador profesional y, por ende, sueños por cumplir. «De cara al futuro, me entreno creyendo que lo mejor está por llegar», dice el hombre de Pehuajó, como si no fueran suficientes sus conquistas acumuladas a la largo de su fructífera carrera. Una muestra de su espíritu competitivo y de una pasión por el deporte digna de admiración.

 

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