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El piloto de Ford, hijo del ex titular de la ACTC, se consagró a los 33 años en el Turismo Carretera, la máxima categoría del deporte que prevé importantes modificaciones para el año 2015.

 

Campeón polémico. Más allá de sus lazos familiares, el flamante campeón del TC se consagró gracias a su desempeño en la pista. (Télam)

La bandera a cuadros no llegó a bajar. La última carrera del año en el Autódromo de Buenos Aires no pudo terminar por la invasión de los hinchas de Ford, que se metieron en la pista para festejar el título de Diego Aventín, quien en la carrera marchaba segundo, detrás de Juan Manuel Silva. Poco le importó esta típica práctica de los simpatizantes del automovilismo a Aventín, que se coronó por primera vez en la categoría más popular del país luego de 14 años de luchar ante los mejores pilotos.
La carrera de Diego Aventín estuvo siempre rodeada de suspicacias y dudas, principalmente por el rol de su padre dentro del automovilismo argentino. Oscar Aventín, El Puma, fue bicampeón del Turismo Carretera en 1991 y 1992, y en 1998 pasó a formar parte de la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC, entidad que fiscaliza el TC) hasta llegar a la presidencia del organismo en 2002. Hombre serio y de carácter fuerte, el padre del reciente campeón estuvo al mando de la ACTC durante más de 10 temporadas, hasta que decidió hacerse a un lado en octubre de este año, cuando asumió Hugo Mazzacane, antes vice y hoy quien lleva las riendas de la entidad.
Por ser «el hijo de», Diego Aventín siempre tuvo la lupa encima. Cuestionado varias veces sobre su capacidad real para conducir, más de uno afirmó durante su carrera que sólo tenía un lugar en el TC gracias a su padre, incluso en 2006, cuando El Pumita peleaba el campeonato mano a mano con Norberto Fontana, y fue descalificado en la anteúltima carrera (que había ganado) por una anomalía mecánica, dándole el título a Fontana por anticipado. Aquella vez, algunas voces por lo bajo dijeron que la ACTC lo hizo «para aparentar». Es un razonamiento curioso, ya que Aventín se quedó sin chances de salir campeón luego de la descalificación.
Para sumar más suspicacias a la cuestión, desde el alejamiento de su padre de la entidad fiscalizadora del TC, Diego asumió como vicepresidente, aun cuando se mantuvo corriendo, motivo por el cual tuvo que pedir licencia en su puesto en la ACTC. Mazzacane, el mandamás de la entidad, ya dijo que otra licencia no sería lo ideal, por lo que el campeón tendrá que pensar este verano si vuelve a correr durante el 2014 para defender el primer puesto, o si se retira y asume su cargo como vicepresidente de la Asociación de Corredores.
Otro hecho que trajo polémica este año sucedió dentro de la pista. Guillermo Ortelli, séxtuple campeón de TC, fue acusado de haber ayudado a Aventín en dos ocasiones. La primera fue en San Luis, cuando Matías Rossi, de Chevrolet, y uno de los mayores competidores de Aventín en busca del título, vio truncada la posibilidad de hacerse con el triunfo en la última vuelta debido a un toque con Ortelli. Dos fechas después, en la provincia de La Pampa, Ortelli venía ganando la carrera cuando fue pasado por Aventín a medio giro del final.
Más allá de las polémicas y suspicacias, el título de Diego Aventín fue justo de acuerdo con lo mostrado en la pista. El piloto nacido en Morón logró sacarse la mufa y se consagró campeón del TC por primera vez, en una categoría que deberá pensar algunos cambios técnicos para la temporada que viene, ya que en 2013 los Chevrolet no estuvieron a la altura de los Ford. Como muestra de ello, nada más hace falta ver la tabla final del campeonato, en la que se pueden observar 4 Ford en los primeros 6 puestos, y un solo Chevrolet (quinto), con un Torino mezclado en el medio.
El título de Diego viene a agrandar la nutrida vitrina familiar. A los dos campeonatos ganados por Oscar, su padre, hay que sumarle el conseguido por Antonio, hermano de Oscar y tío de Diego, en el año 1981. Antonio también, como su hermano, eligió seguir ligado al TC desde la pata dirigencial, y hoy es vocal en la comisión directiva de la ACTC.

 

La próxima temporada
Una de las modificaciones que quiere introducir Mazzacane es la de tener un reglamento cerrado para 2014. ¿Qué significa esto? Que no se puedan producir cambios reglamentarios en el medio de la temporada, como viene sucediendo en los últimos años. En este punto, el mandamás tiene una diferencia con Diego Aventín, quien considera que el reglamento abierto puede hacer que una temporada en la que hay mucha disparidad entre las marcas, o incluso con algún piloto que se aleja en la punta del campeonato, pueda terminar resultando atractiva con algún cambio durante el transcurso del torneo que permita emparejarlo.
Otro de los objetivos de la categoría es la de ser el único proveedor de motores y de chasis, principalmente para elevar el nivel de seguridad y para abaratar algunos costos de los equipos privados. De todas maneras, esto parece que sucederá recién en 2015.
La temporada que viene tendrá 16 carreras, al igual que la que acaba de terminar. En la mesa directiva de la ACTC se está discutiendo la idea de no correr ninguna carrera durante el transcurso del Mundial de Fútbol de  Brasil, aunque en un calendario preliminar en la propia página web del TC aparece una fecha, el 6 de julio, el domingo anterior a la final de la Copa del Mundo. ¿Se correrá?

Germán Esmerado

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