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Reafirmando su gran año, Regatas se coronó como campeón inédito de la Liga Nacional en el marco de una temporada que deparó buenos desempeños, regresos y la aparición de promisorios entrenadores.

 

Con altura. El plantel de Regatas de Corrientes, justo vencedor de la Liga tras imponerse con claridad sobre Lanús. (Marcelo Endelli)

Una nueva temporada de la Liga Nacional de Básquet llegó a su fin, consagrando a Regatas de Corrientes como campeón luego de haber derrotado de forma contundente a Lanús en la final. El conjunto dirigido por Nicolás Casalánguida fue puntero durante casi todo el torneo y terminó la fase regular en la primera posición, lo que le permitió definir todas las series de playoffs –instancia decisiva donde los rivales se eliminan en forma directa– jugando como local.
Las figuras del equipo apodado Fantasma fueron Paolo Quinteros, Federico Kammerichs y el paraguayo Javier Martínez, muy bien acompañados por Dartona Washam y Jerome Meyinsse, dos estadounidenses que, a diferencia de la mayoría de sus compatriotas que llegan a la Liga, comprenden el juego a la perfección ya que se destacan por ser útiles al equipo en varias posiciones. La dirigencia de Regatas, encabezada por el presidente Emilio Lanari, se movió muy bien para formar un equipo que era el principal candidato por nombres y terminó cumpliendo con las expectativas. Por caso, en 2011 repatrió a Quinteros, que venía de jugar en España y tenía varias ofertas en la Liga argentina, y para esta temporada volvió a firmar a Kammerichs (ya había jugado en Regatas), quien estaba en el Flamengo de Brasil. Ambos jugadores, medalla de bronce en Beijing 2008 con la Selección Argentina, fueron los puntales de este conjunto campeón muy bien dirigido por Nicolás Casalánguida que, con sólo 34 años, se convirtió en el cuarto entrenador más joven en ganar un título de Liga Nacional.
La temporada de Regatas estuvo plagada de éxitos. En noviembre, el conjunto correntino se quedó con el Súper 8, un torneo en el que se enfrentan los mejores ocho equipos hasta el momento en la fase regular de la liga. En la final, el Fantasma derrotó a Quimsa. Un mes después, los dirigidos por Casalánguida se consagraron en la Liga Sudamericana de Clubes, luego de un cuadrangular final en el que se impusieron sobre UniCeub y Flamengo, ambos de Brasil, y Peñarol de Mar del Plata.
Con tanta competencia paralela, Regatas tuvo un pequeño bajón en la Liga Nacional, aunque nunca se alejó de los primeros puestos. Ya en la segunda fase, el equipo llegó a la punta y no la dejó hasta conseguir el 1, posición que le permitió definir todas las series de playoff en el estadio José Jorge Contte. Aunque se preveía un paso más tranquilo por la postemporada, los correntinos tuvieron que transpirar para eliminar a Gimnasia de Comodoro Rivadavia en cuartos de final y a Boca en la semi. Ambas series se decidieron en un quinto partido, en los que el campeón se impuso con esfuerzo. La final, ante Lanús, resultó ser un trámite para Paolo Quinteros y compañía. El contundente 4-0 consagró al Fantasma por primera vez en su historia y Quinteros fue elegido como el jugador más valioso de las finales, misma distinción que el escolta había recibido en la fase regular.

 

Auspiciosas noticias
Esta temporada dejó varias cosas además de la consagración de Regatas. Una de las más rutilantes fue la vuelta de Fabricio Oberto a Atenas, uno de los integrantes de la Generación Dorada. Si bien el equipo cordobés no pudo acceder a las semifinales, el regreso del pivot que fue campeón de la NBA con los San Antonio Spurs fue sin dudas una gran noticia para el básquet argentino. Otro hecho de importancia fue la buena performance de Lanús y Boca, dos equipos de Buenos Aires, una plaza vital para la LNB y que suele tener problemas para convocar gente a sus estadios y conseguir apoyo económico para sus equipos. Tanto es así que Lanús hasta había pensado en vender su lugar en la Liga para reducir costos, aunque la gran temporada de los dirigidos por Silvio Santander hizo cambiar de opinión a la dirigencia granate.
Otra buena noticia para el básquet de nuestro país es la aparición de entrenadores con proyección, ya sea a nivel internacional o bien pensando en el sucesor de Julio Lamas en la Selección. Los dos entrenadores que llegaron a la final, Nicolás Casalánguida (34) y Silvio Santander (38) demostraron una gran capacidad pese a su juventud e incluso ya tienen experiencia a nivel selecciones. Casalánguida fue asistente de Sergio Hernández en el Torneo de las Américas, que clasificó a Argentina al Mundial de Turquía 2010, e incluso en el mismo Mundial. También fue el entrenador del seleccionado nacional en el Sudamericano disputado en 2010, en el que consiguió el subcampeonato. En el caso de Santander, el hoy técnico de Lanús estuvo al frente de la Selección de México en 2008 y recientemente acaba de firmar para hacerse cargo de Trotamundos de Venezuela para dirigirlo en los playoffs de la liga del país caribeño.
De todas maneras, y más allá de las buenas noticias, la Liga Nacional deberá dar un golpe de timón si quiere seguir creciendo, principalmente en los aspectos organizativos y estructurales. Julio Lamas, entrenador de la Selección, sostiene que, entre otras cosas, habría que profesionalizar la dirigencia para que haya gente dedicada 100% a coordinar y administrar los clubes. Este tema, y la reducción de los costos, con la idea de bajar de 3 a 2 la cantidad de extranjeros por equipo, serán temas de debate en la Asociación de Clubes durante el receso.

—Germán Esmerado

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