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Puños de reserva

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Sin grandes referentes y pese a las urgencias de la industria, la actividad ofrecerá como plato fuerte la revancha entre Golovkin y Canelo Álvarez por el título de los medianos. Expectativas por cuatro púgiles que podrían renovar las otras categorías.


Las vegas. En 2017, Golovkin y Álvarez protagonizaron una vibrante pelea con final polémico. (Gurzinski / AFP / Dachary)

Adiferencia del fútbol y de otros deportes, la industria del boxeo funciona con una lógica cortoplacista: no se puede pensar más allá de tres meses, a lo sumo de un semestre. Entran en juego el descanso del peleador después de un combate, la negociación para el siguiente, la preparación para volver a subirse al ring. En la primera mitad de 2018, el capítulo dos entre Gennady Golovkin y Saúl «Canelo» Álvarez aparece como la pelea más importante, cuyas repercusiones llegarán a los amantes y no tanto del boxeo por el peso específico de los deportistas y el espectáculo. Será el 5 de mayo en Estados Unidos. En un fallo polémico, el empate del 16 de septiembre de 2017, en Las Vegas, abrió las puertas para una revancha donde volverá a estar en juego la unificación del título de todos los organismos de boxeo en la categoría mediano. Pero, además del cruce entre el kazajo y el mexicano, aparecen otros nombres atractivos: el inglés Anthony Joshua, que acabó con la hegemonía de Vladimir Klitschko y que tendrá que renovar los avales; y el ucraniano Vasyl Lomachenko, campeón mundial pluma y superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y elegido boxeador de 2017 por la prestigiosa revista The Ring luego de encadenar tres nocauts en el año. El pugilismo, sin las grandes estrellas de otras épocas, sobrevive, todavía late.
Marcelo Domínguez, campeón del mundo argentino peso crucero entre 1995 y 1998 del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), dice que las cartas todavía están por tirarse a la mesa. «Pero de lo que hay –dice a Acción–, Golovkin y Canelo, después de la pelea que hicieron el año pasado, son los dos mejores. No defraudaron, y encima quedó abierto el resultado para una revancha. Supieron agarrar lo que quedó». El estadounidense Floyd Mayweather, campeón mundial en cinco categorías distintas, terminó definitivamente su carrera en 2017 con la pelea –en boxeo– ante Conor McGregor, luchador de Artes Marciales Mixtas. Floyd lo derrotó con claridad y mantuvo su invicto en una contienda sin equivalencias. Desde entonces, el deporte de los puños está acéfalo de un gran referente. Eso es lo quedó y a lo que se refiere Domínguez. Aun sin sede –las opciones son Nueva York, Texas o, nuevamente, Las Vegas–, sin embargo, Golovkin-Canelo II será la pelea del año. «Me la imagino diferente. Son estrategas y tienen mucha gente atrás. Me pasa algo con Canelo: es un muy buen boxeador, fuerte, con garra, pero me defraudó un poquito con Mayweather. Era el único que tenía las armas para ganarle. Y también me da la sensación de que es muy estructurado, que no sabe salirse de la línea. En cambio Golovkin, que parecía igual, sí salió de la línea con el Canelo y para mí hasta ganó. Pero el empate lo acepto», cierra el análisis Domínguez.

Golpe por golpe
Como suele suceder en distintos rubros, los ciclos terminan. El boxeo, claro, no es la excepción: tarde o temprano el reinado del ucraniano Klitschko iba a caer. Fue el 29 de abril pasado, ante 90.000 personas, en el estadio de Wembley, Inglaterra, donde perdió por nocaut en el anteúltimo round ante Anthony Joshua. Aquella fue la segunda derrota consecutiva de Klitschko después de perder ante Tyson Fury, cuando se quedó sin el título mundial unificado de los pesados tras casi una década. Y fue el final. «Joshua se posiciona como uno de los grandes atractivos, ya que el retiro de Klitschko reabrió la categoría pesado, que había quedado virtualmente congelada y había dejado de interesarle a los grandes capitales del boxeo. Ahora con Joshua, con Deontay Wilder, que es el campeón del CMB, la categoría empieza a renovar antiguos brillos, y será, seguramente, otro de los valores para observar», explica a Acción el periodista Daniel Guiñazú, comentarista de boxeo en el canal TNT Sports. Joshua –28 años, campeón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), invicto con 20 combates por nocaut– tendrá un compromiso accesible el 31 de marzo ante el australiano Joseph Parker en Cardiff, Gales. Antes, el estadounidense Wilder –32 años, también invicto en 39 peleas, con 38 por nocaut– chocará con el invicto cubano Luis Ortiz en Nueva York. De ganar, el plato fuerte quedará servido: Joshua-Wilder. «Joshua tiene estado físico, boxeo, pega, y está en la mejor edad para un pesado, pero le falta –especula Domínguez–. No perdió porque Klitschko no se animó a ganarle. Se recibe de gran campeón al noquearlo, pero no llega al nivel de Holyfield, de Tyson. Klitschko era un grandote fuerte que especulaba. No fue un buen campeón».
Hay más atractivos, aunque quizá en un segundo orden, por trayectoria y por categoría. El año pasado, el zurdo Lomachenko derribó sin mucho esfuerzo al estadounidense Jason Sosa en abril, al colombiano Miguel Marriaga en agosto y al cubano Guillermo Rigondeaux en diciembre, tres golpes que lo certificaron como uno de los mejores púgiles libra por libra de la actualidad. «Lomachenko es técnicamente el mejor boxeador que he visto desde que vi a Muhammad Ali –dijo Bob Arum, el promotor de Top Rank, su manejador–. No vi a nadie mejor, pese a que pude ver a una gran cantidad de grandes peleadores técnicos, pero no ha habido nadie con las habilidades que tiene este». Lomachenko, ese Ali moderno, además de voltear rivales, publicita las peleas como pocos. «Otro tema interesante es la categoría supermosca, que se ha vuelto una categoría sorprendentemente estrella a partir de la aparición de un fenómeno: el tailandés Srisaket Sor Rungvisai –analiza Guiñazú con Acción–. Le ganó primero en forma polémica a Chocolatito González en una pelea dramática y sangrienta, y después lo noqueó en el cuarto asalto dando una gran sorpresa». Sor Rungvisai –31 años, campeón del Consejo– se medirá el 24 de febrero ante el mexicano Juan Francisco «El Gallo» Estrada en California.
Sin Mayweather, un líder de época que puso la excelencia por delante, y con otros nombres fuertes en retirada, el boxeo entró en una etapa en la que está casi todo por saberse, en el marco de las necesidades de la gran industria. Por caso, a los 35 años, el cuerpo empieza a pesarle a Golovkin, mientras que Canelo Álvarez deberá redondear una pelea perfecta, y sin dejar dudas, para subir un peldaño en la historia. Detrás, Joshua, Lomachenko y Sor Rungvisai animarán las principales carteleras con el fin de reafirmar sus progresos. Mientras tanto, se espera el surgimiento de otras estrellas que marquen una era, como el mismísimo Mayweather, Mike Tyson o el verdadero Muhammad Ali. De cara al futuro, la expectativa pasa por saber si el boxeo conseguirá algo más que estrellas fugaces, pasajeras, con miras a conservar los trazos de su luminosa trayectoria.

 

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