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El Seleccionado nacional no pudo avanzar a la instancia decisiva pero acreditó un histórico triunfo ante Estados Unidos, una potencia. Balance y perspectivas con miras a los Juegos Olímpicos de 2016.

 

Bloqueo. Los dirigidos por Velasco ganaron 5 partidos sobre un total de 9 encuentros. (Efe)

Argentina llegaba con ilusión a Polonia para disputar el Campeonato Mundial de Voleibol 2014, un buen banco de pruebas para un equipo en formación. Con el experimentado entrenador Julio Velasco al mando, y un plantel conformado por varios jóvenes que vienen jugando juntos hace varios años, más el agregado de algunos veteranos, el Seleccionado nacional apuntaba a estar en la fase final del torneo, objetivo que no pudo conseguir, aunque las sensaciones no son del todo negativas a pesar del onceavo puesto final.
Apoyado en el goleo de Facundo Conte, la recepción del capitán Javier Filardi y el armado de Luciano de Cecco, el conjunto argentino logró 5 victorias en 9 partidos disputados en el Mundial. En la primera fase la Albiceleste derrotó a Venezuela y Camerún, ambos por 3-0, y logró un gran triunfo por el mismo resultado ante Australia.
Las caídas, lógicas, se dieron ante los rivales más fuertes del grupo: Serbia (1-3) y Polonia (0-3), el local, que finalmente se terminaría consagrando campeón del certamen venciendo en la final a Brasil, que viene dominando el vóley mundial desde hace varios años.
Con el tercer puesto en el Grupo A, Argentina clasificó a la segunda fase, instancia en la que los de Velasco debían enfrentar a los clasificados del Grupo D: Francia, Irán, Italia y Estados Unidos, el campeón vigente de la Liga Mundial. Las caídas ante los galos (1-3) y los asiáticos (0-3) definieron la suerte del conjunto nacional, que quedó sin chances de lograr su lugar en el Final 6 (así se denomina a la última fase del certamen, donde los 6 mejores dirimen quién es el ganador). Pero Argentina no bajó la cabeza y cerró su participación con dos importantes victorias, una ante Italia (tercero en la Liga Mundial) por 3-1 y la otra, la más resonante, ante el gran equipo de Estados Unidos, potencia a la que, encima, se le privó llegar a la fase siguiente. El 3-2 de los de Velasco, con un Conte imparable en ataque, la gran defensa del líbero Sebastián Closter y un Pablo Crer decisivo, fue letal para las ilusiones de los norteamericanos, que vieron cómo su objetivo de llegar al Final 6 se desvanecía.
Más allá de la onceava ubicación final en el campeonato, dos puestos por debajo de su actuación en el Mundial 2010 de Italia, el desempeño del Seleccionado argentino terminó siendo promisorio, especialmente por la victoria ante Estados Unidos. Aquel grupo de jóvenes que empezó a moldear Jon Uriarte hace un par de años con el propio Conte, Rodrigo Quiroga, Nicolás Uriarte, Sebastián Solé y De Cecco, hoy ya está asentado y es la base de una Selección que tiene futuro, si bien falta corregir aspectos de juego con miras a enfrentar a las potencias en igualdad de condiciones. Entre esos ítems a trabajar figuran mantener el ritmo durante todo el torneo y evitar desconcentraciones que, en este tipo de juego, se pagan caras.

Por un boleto
Varios desafíos se avecinan para el combinado nacional: además de la Liga Mundial 2015, se disputará también la Copa del Mundo en Japón, un torneo distinto al Mundial, pero que a partir de esta edición entregará dos plazas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Si Argentina no consigue su pasaje en ese certamen, tiene otra chance en el preolímpico continental que se disputará en 2016, del que no participará Brasil por ser el anfitrión de los JJOO. La tercera oportunidad de conseguir el boleto para Río es el preolímpico mundial, que se jugará tras los torneos de clasificación continentales, también en 2016. Como se advierte, las posibilidades de que Argentina esté en Río son muchas, por lo que el objetivo inmediato del equipo de Velasco será asegurar su participación en un certamen que, en caso de disputarlo, definirá buena parte del futuro del vóley nacional.

Germán Esmerado

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