2 de diciembre de 2022
En el mundial de Instagram, las buenas selecciones y las sorpresas de la primera fase auguran un final abierto, con Mbappé y Messi como grandes protagonistas.
Las dos caras. Eriksen, figura de Dinamarca, se lamenta por la eliminación ante Australia, que enfrentará a Argentina en octavos de final.
Foto: AFP
Hay unos minutos en España y Alemania donde la pelota no se va al lateral. Fue en el primer tiempo, las bandas de ambos equipos eran paredes, la pelota circulaba, avanzaba, volvía, y nunca salía. No se vio por ahora un partido con esa dinámica, ese juego, un nivel técnico que impresionó a todos en Qatar 2022. El fútbol del mundial estuvo ahí, en el Al Bayt, el más alejado del centro de Doha, una tienda de beduinos a las puertas del desierto hecha estadio. Casi como si se tratara de otro deporte, pero es el mismo. Y como es el mismo, todo puede pasar. España y Alemania estuvieron durante unos minutos afuera de Qatar. España zafó, Alemania quedó eliminada en primera ronda por segundo mundial consecutivo. Lo que empieza ahora son los 90 minutos (y la posibilidad de un suplementario, de los penales) que te dejan afuera o adentro, en los que no tenés revancha.
Qatar 2022 es un mundial de Instagram. Desde adentro de sus estadios majestuosos lo que se observa es más bien un show televisivo y también perfecto para subir historias. Un entretiempo con juego de luces en el estadio, con la música de Coldplay, con los celulares encendidos, pero por momentos poco clima de cancha mundialista. Salvo excepciones, como los partidos de la Argentina, los de México, los de Arabia Saudita y su potencia al gritar, los de Marruecos y Senegal. Y la carga de tensión que se vivió en Estados Unidos con Irán, aunque con estadio de muchos lugares vacíos, algo que ocurrió en muchos partidos. Pero tiene la fuerza de los hinchas del sudeste asiático, los indios, nepalíes, los bangladesíes que alientan a la Argentina. Y la fuerza de los hinchas árabes.
Aunque la primera decepción del mundial, no porque se esperara demasiado sino porque era la local, fue Qatar. Ya en el partido inaugural, derrota con Ecuador, mostró que no estaba a la altura de la competición que organizaba su país. Los qataríes, que son apenas el 10% de la población aquí, se iban en los entretiempos del aburrimiento que expresaba su selección. El Grupo A se lo quedó Países Bajos sin problemas, salvo en el encuentro con Ecuador, el equipo del argentino Gustavo Alfaro, que le sacó un empate y le pudo haber ganado. Lo lamentaron mucho los ecuatorianos porque la derrota con Senegal en el tercer partido (le habían ganado, claro, a Qatar) los dejó afuera del mundial.
Senegal, en cambio, entró como segunda y demostró que puede dar pelea incluso sin su figura, Sadio Mané, uno de los caídos antes de empezar Qatar 2022. Pero Aliou Cissé, el técnico, armó un equipo fuerte, muy físico. Es el campeón de África y llega a los octavos de final como lo hizo hace veinte años en Corea-Japón 2002. Aquella vez Aliou Cissé era jugador, parte del equipo, ahora conduce desde afuera. Se convierte en una leyenda del fútbol senegalés.
Se topa con Inglaterra, una selección ciclotímica que arrancó con 6-2 a Irán, siguió con un partido gris frente a Estados Unidos, y luego ganándole 3-0 a Gales. No hay dudas de que tiene gol, hizo 9, y sin embargo hubo muchas discusiones sobre las decisiones de Garet Southgate. Le pidieron a Phil Foden y el jugador del Manchester City salió de titular en el tercer partido, con tanto incluído en un equipo que se vio más liviano, suelto, con Marcus Rashford en gran nivel. Marcó los otros dos goles.
Australia, otra sorpresa, no pudo contra Francia pero las victorias ante Túnez y Dinamarca lo pusieron en la segunda ronda como en Alemania 2006. Equipo donde predomina el juego físico, de hombres altos, eliminó a Perú en el repechaje para llegar hasta acá. No es un cuco para la Argentina, pero ya sabe que no puede subestimar a ningún rival.
Batacazo. Japón, una de las revelaciones, consiguió la clasificación tras vencer a España 2 a 1 en el cierre del Grupo E.
Foto: NA
Golpe a golpe
A Inglaterra le siguió en la clasificación Estados Unidos, una selección que se arma para su mundial, en 2026, que no termina de despegar futbolísticamente pero que tiene una zona media para rescatar, con Yunus Musah, Tyler Adams manejando todo y Weston McKennie que comanda los ataques. Lo tiene a Cristian Pulisic, jugador del Chelsea, y a Tim Weah, hijo de George Weah, exjugador y presidente de Liberia. Le alcanzó para meterse en la segunda ronda, se cruza con Países Bajos. Y están en el camino de la Argentina.
La selección se reseteó después del golpe que recibió de Arabia Saudita. Se puso de pie con México y encontró su forma frente a Polonia. Con nombres nuevos, distintos a los que se repetían de memoria. Enzo Fernández, Alexis Mac Allister y Julián Álvarez. Y Lionel Messi, por supuesto. Este sábado se cruza con un rival que fue una sorpresa para su grupo. La Argentina evitó a Francia, que a pesar de haber perdido a N’Golo Kanté, Paul Pogba y Karim Benzemá para este mundial, muestra toda su potencia con Kilyan Mbappé. Juca Kfouri, lúcido analista brasileño, sostiene la idea de que la ausencia de Benzemá liberó a Mbappé, le permitió tener campo por delante, ser el definidor del equipo. Y que eso mismo le pasa a Brasil, la otra selección que expresa su fuerza futbolística a pesar de Neymar. Su juego colectivo lo excede. En Richarlison están los goles. España, también, se ilusiona con su fútbol de ataque liderado por Pedri y una camada de jugadores jóvenes de notable presente.
Hay que anotar a las decepciones. Alemania, claro, cuatro veces campeón del mundo y con jugadores como Ilkay Gündogan, Jamal Musiala o el experimentado Thomas Müller, que queda fuera del mundial relegada por Japón. Dinamarca, que había tenido una gran Eurocopa y una mejor Nation League, amenazaba incluso con quedarse con el grupo por sobre Francia. Se quedó afuera en primera fase. La otra decepción es Bélgica, semifinalista en Rusia 2018, una selección que busca su lugar en la élite desde hace muchos años pero sobre todo desde los últimos tres mundiales, y no lo consigue. Su grupo quedó en manos de Croacia y el segundo lugar fue para Marruecos, la otra selección africana que dio el golpe, la que aporta música y ruido en los estadios, y la que representará al mundo árabe en la segunda fase. Porque Arabia Saudita, que había arrancado con todo frente a la Argentina, se cayó. Ese grupo de Croacia y Marruecos tuvo, además, a la otra cascoteada del mundial, Canadá, que perdió los tres partidos. Será una de las sedes en 2026 junto a otra selección eliminada en primera fase, México, que se va de un mundial en esta instancia por primera vez desde 1978.
Japón, mientras tanto, asombró con su primer puesto y con sus triunfos frente a Alemania y España, las dos potencias del grupo. Su gol discutido, el que le dio el 2-1 frente al equipo de Luis Enrique, al que mandó a la segunda posición, también sacó de la primera fase a los alemanes. Son esos golpes que lo convierten en una sensación pero que además desordena el cuadro de octavos de final.
Es un mundial en el que Mbappé se avizora como la figura porque la cuestión es que Francia voló en la primera fase gracias él. Pero también está el aura de Messi, que lo ocupa todo. ¿Y Cristiano con Portugal? En muchísima menor medida. Lo mismo que Neymar con Brasil. Y tal vez la figura no salga de ninguno de ahí. Hay juego colectivo y selecciones que meten miedo. No es porque se haya dado la lógica, pero Qatar, un mundial al que se llegaba con muchos candidatos, expone eso para esta etapa eliminatoria, que todo está abierto. Comienza ahora la vorágine de los partidos eliminatorios, que siempre son otra historia.