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Las principales categorías tuvieron como ganadores a Guillermo Ortelli y Agustín Canapino, en el marco de competencias atractivas y con desenlaces que abrieron polémicas sobre sanciones y conductas deportivas. Proyecciones para 2017.


La Plata. Ortelli se consagró en el autódromo Roberto Mouras beneficiado por la maniobra temeraria de uno de los principales candidatos al título. (Télam)

 

Como hace mucho tiempo no sucedía, los campeonatos del automovilismo argentino entregaron emociones y numerosas incidencias que explican, en gran medida, el profundo arraigo popular de este deporte. Desde el Turismo Carretera (TC) al Top Race V6 (TRV6) –dos de las tres principales categorías, la otra el Super TC 2000–, el desarrollo y, fundamentalmente, sus definiciones resultaron atractivas no solo por la tradicional disputa entre pilotos y marcas, sino también por situaciones polémicas cuyas resonancias perduran. En ese plano, las consagraciones del legendario Guillermo Ortelli en el TC y de Agustín Canapino en el TRV6 fueron casi calcadas, con maniobras de dos conductores rivales finalmente juzgadas como antideportivas que le agregaron suspenso a la definición. No es poco para un automovilismo argentino que venía mostrando torneos previsibles, aunque el desenlace suscita debates de cara al futuro, sobre todo en lo que respecta al espíritu deportivo de la competencia.
Entre los nombres destacados de 2016, Ortelli figura en primer lugar. Se trata de un piloto de 43 años que consiguió su séptima corona, superó en títulos a Juan María Traverso y quedó a dos del máximo ganador en el TC, el histórico Juan Gálvez. En los otros dos torneos el monarca resultó el joven Agustín Canapino, de 26 años, una de las últimas grandes apariciones del deporte automotor. Tampoco puede faltar en la foto de la temporada uno de sus principales protagonistas: Matías Rossi, quien se quedó con las manos vacías pese a su meritorio desempeño en dos de las tres categorías.

 

Campeón por accidente
Precisamente Rossi, de Chevrolet, llegó a la última carrera en el autódromo de La Plata como el gran candidato a ganar el TC. Mariano Werner, el otro aspirante a la corona, venía en el quinto puesto y así perdía el cetro a manos del Misil –como lo apodan a Rossi–, quien marchaba en la cuarta colocación en la carrera.  Cuando ambos estaban por ingresar a la última curva, Werner golpeó con su auto a Rossi, lo que hizo que ambos se salieran de la pista, perdieran varias posiciones y se quedaran sin nada ya que el segundo puesto que consiguió Ortelli en el asfalto platense le permitió consagrarse.
De aquí que la maniobra temeraria de Werner generó extendida repercusión en los medios, teniendo en cuenta la durísima sanción que recibió por parte de la ACTC (Asociación de Corredores de Turismo Carretera). Pese a que el piloto entrerriano negó que su acción haya sido intencional, el ente que rige a la máxima categoría nacional  lo castigó con 750.000 pesos de multa y un año de suspensión. De este modo, Werner no podrá correr en el TC durante este 2017, lo que significará una ausencia de relieve para el deporte automotor. Si bien el piloto de Ford apeló la sanción, al cierre de esta edición no había recibido ninguna rebaja y según pudo saber Acción,no existen muchas chances de que logre una reducción.

 


Top race. Canapino ganó su sexta corona. (Télam)

 

La sanción al entrerriano fue el epílogo, hasta la última vuelta, de una temporada de alto voltaje por su competitividad entre conductores virtuosos y por el duelo entre Chevrolet y Ford –las históricas marcas del TC–, y también por sus escándalos. Al episodio protagonizado por Rossi y Werner se añade la suspensión de Omar Martínez, el Gurí, descubierto con irregularidades en su motor en la cuarta fecha, lo que le provocó una sanción de cuatro carreras, una multa económica y la despedida de la pelea por el campeonato.
Con esos antecedentes, el TC celebrará este año su 80º aniversario desde su creación en 1937, con algunas certezas y no pocos interrogantes. «El TC arrancará el 19 de febrero, pero aún no sabemos dónde», admitió el presidente de la ACTC, Hugo Mazzacane, aunque sí se sabe que tanto el TC como el Turismo Nacional y el TC Mouras (las otras dos categorías que dependen de la Asociación de Corredores) se podrán ver por la TV Pública en 2017. Mazzacane, además, hizo un balance positivo de la temporada y hasta se pronunció sobre una noticia que estremeció al ámbito del automovilismo nacional: Rossi dejó Chevrolet para competir por Ford. «Hay antecedentes de pilotos que dejaron un Chevrolet para pasar a Ford», dijo el presidente. No dijo nada, en cambio, del fair play que reclaman algunos sectores en virtud de los episodios polémicos de este año. Sectores que, cabe señalar, exigen severidad en las penas para tener «un automovilismo más limpio».

 

Más ruidos
Todavía el mundo del automovilismo estaba hablando de la sanción a Mariano Werner cuando en el autódromo de Salta tuvo lugar otra definición emotiva, en este caso el TRV6, que mantuvo en vilo a todos hasta el último metro. Porque Agustín Canapino (Mercedes) también obtuvo el título gracias a un fallo que se determinó en los escritorios de los comisarios. El piloto de Arrefices había llegado a esta última fecha como líder y gran candidato, perseguido por Mariano Altuna (Vectra), segundo en el campeonato y también con aspiraciones a coronarse.
Así como indican sus ubicaciones en la tabla general, ambos ingresaron a la última vuelta situados en el primero y segundo lugar. Y Altuna fue por todo: en la curva final tocó de atrás a Canapino y provocó que los dos autos terminaran la carrera a la par. Según los sensores, Altuna ganó por solo nueve milésimas, pero minutos más tarde los comisarios deportivos decidieron sancionarlo por considerarla una maniobra peligrosa y determinaron que Agustín había ganado la carrera. De este modo, el conductor de Arrecifes sumó su sexto campeonato en la categoría. Un hecho histórico teniendo en cuenta que ya venía de ser campeón del Súper TC 2000 (con Chevrolet) en noviembre, por lo que con dos títulos en el 2016 repitió la doble corona que había logrado en 2010, cuando fue campeón de TC y Top Race. Por otra parte, Canapino se transformó en el cuarto piloto en conseguir campeonatos en las tres categorías más importantes junto con Juan María Traverso, Ernesto Bessone y Omar Martínez, tres glorias.
Para este año, el STC 2000 y el TRV6 exhibirán interesantes novedades: Matías Rossi ya confirmó que competirá en ambos certámenes de la mano de Toyota, mientras Norberto Fontana (con el Midas Racing Team) y Juan Manuel Silva (equipo a confirmar) también se sumarán a la tercera divisional del país con el objetivo de destronar a Canapino. Más allá de los nombres, la incógnita se vincula con saber si la competencia podrá sostener el nivel de 2016 y si las sanciones fueron suficientes para castigar conductas consideradas antideportivas. De ahí que la expectativa, en este escenario, no solo estará puesta en lo que ocurra dentro de la pista.

 

 

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