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La Confederación Argentina de Básquetbol viene desarrollando un programa de detección de talentos, con el fin de formar jugadores para continuar el camino abierto por la Generación Dorada.

 

Ilusiones. El programa, que convoca a jóvenes de entre 13 y 17 años, incluye un seguimiento de la evolución física de los jugadores. (Gentileza CABB)

El básquet argentino desde hace años viene experimentando un crecimiento firme. La llamada Generación Dorada, conjunto de jugadores que aún hoy visten los colores de la Selección nacional y que ganó su apodo por haber conseguido la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, le dio un empujón grande a un deporte que venía de un largo período de estancamiento. La dirigencia basquetbolística, por su parte, acompaña el fenómeno con medidas para desarrollar aún más la actividad. Una de ellas es el Plan Nacional de Altura y Detección de Talentos, un programa que apunta a captar jóvenes jugadores de una talla superior a la normal para sumarlos a las selecciones juveniles, y así acompañar su evolución física y deportiva apuntando a que en el futuro sean parte de la Selección mayor.
El Plan Altura, que nació en 2007, es coordinado por el director deportivo de la Confederación Argentina de Básquetbol, Enrique Tolcachier, y está supervisado por Julio Lamas, entrenador de la Selección, además de tener el apoyo de la Secretaría de Deportes de la Nación. El proyecto apunta a adolescentes de entre 13 y 17 años con una altura mayor a la media y que ya estén practicando el deporte en algún club, a los cuales se les realizan pruebas físicas, tomas de medidas y estudios, además de una evaluación deportiva. Para anotarse hay que cumplir esos requisitos de edad y talla y luego se hace una preselección.
La edición 2013/14 del Plan Altura, que recién este año tuvo un verdadero alcance federal, se desarrolló en dos etapas, ambas en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (cenard). La primera se llevó a cabo en diciembre y participaron 36 chicos, de los cuales fueron seleccionados 7, que se irán sumando a las selecciones juveniles. El promedio de edad y altura de los jóvenes que se presentaron en esta primera etapa fue de 14,62 años y 196,55 centímetros.  De los 7 talentos detectados, 5 son menores de 15 años y algunos ya superan los dos metros de altura.La segunda etapa se desarrolló también en el CeNARD, ubicado en el barrio porteño de Núñez, y contó con la participación de 39 jugadores, de los cuales fueron seleccionados 6.
Cada convocatoria consta de 5 días, en los que, en paralelo a su práctica deportiva, a los jóvenes se les realizan diferentes estudios y antropometrías, que sirven para calcular las dimensiones corporales y la evolución del desarrollo muscular y de la masa corporal de los chicos cuando son sometidos a los entrenamientos y a los cambios nutricionales. La idea es que los talentos detectados sigan un plan de alimentación y entrenamiento para, más adelante, poder rehacer los estudios y sacar conclusiones sobre su evolución.
De esta parte del plan se encargan los kinesiólogos Federico Johnston, Andrés Delias y Virginia Pérez, que además evalúan la talla, envergadura, peso e indicadores de salud. Luego de cada encuentro, los chicos deben quedarse a presenciar una charla dada por Johnston sobre la prevención de lesiones en el básquet.
La idea de los dirigentes es poder ampliar la base de jugadores disponibles para las selecciones y así poder seguir más de cerca su evolución tanto física como deportiva para que en un futuro no muy lejano sean los reemplazantes de Emanuel Ginóbili y Luis Scola, figuras que aún hoy continúan jugando para la Selección nacional. Si bien lo logrado por el combinado nacional en los últimos 12 años (subcampeonato Mundial, medallas de Oro y Bronce en los Juegos Olímpicos) es muy difícil de volver a conseguir, el Plan Altura es una buena medida para intentar que el deporte siga creciendo y se aprovechen estos años de buenos resultados para cimentar nuevas bases que sirvan para que el básquet argentino logre en el futuro resultados que le permitan mantenerse en la elite mundial.

 

Otros alcances
El proyecto también involucra a los clubes, que de una manera u otra ayudan en la detección de talentos, ya sea anotando a sus jugadores altos en el programa o bien realizando el Plan Altura Escolar, como es el caso de Regatas Corrientes, el último campeón de la Liga Nacional. El propósito de este plan: buscar chicos de una talla superior a la media en los colegios para que se sumen a la práctica del básquet en el club. «El fantasma», tal como se lo conoce a Regatas, no sólo utiliza este método en la ciudad de Corrientes sino también en otras partes de la provincia para así poder sumar jugadores a sus divisiones juveniles.
El Plan Altura también cuenta con su versión femenina, que se desarrolló en Puerto Madryn en febrero de este año, aunque el objetivo, en este caso, es que las chicas se vuelquen a la práctica del básquet en lugar de otros deportes como el hóckey o el vóley. La locación del programa femenino va variando para recibir a jóvenes de distintas partes del país y las edades de las chicas que se presentan van de los 10 a los 18 años. De este modo, el básquet apunta alto en un momento en el que la disciplina suma logros y cada vez más adhesiones a lo largo y ancho del país.

Germán Esmerado

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