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Sueños olímpicos

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Pese a las ausencias, la delegación argentina intentará superar el octavo puesto obtenido 4 años atrás, en un certamen que entregará plazas para Río de Janeiro 2016.

 

Candidatos. La judoca Pareto y el handball, cartas fuertes del deporte nacional. (Télam y Naamani/AFP/Dachary)

Cuando el Congreso de la Nación sancionó, en diciembre de 2009, la ley 26.573 que conformaba el ENARD, dentro del organismo se pusieron a trabajar rápidamente con un objetivo claro: mejorar la estructura y las bases del deporte argentino para progresar en la competitividad de los deportistas nacionales en el alto rendimiento. Hoy, a poco más de cinco años de ese hito, los Juegos Panamericanos de Toronto (Canadá) 2015 –a iniciarse el próximo 10 de julio– le darán al ente la posibilidad de hacer un balance del trabajo hecho hasta aquí, pensando en la meta principal que serán los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Pero la Argentina no irá a Canadá únicamente para probarse. Irá a buscar resultados. Y desde el ENARD y la Secretaría de Deportes ya fijaron el objetivo: superar la actuación del último Panamericano. En Guadalajara 2011, la delegación nacional finalizó séptima en el medallero, por detrás de Colombia y por delante de Venezuela. En 2007, la Argentina había terminado en el octavo puesto, detrás del país bolivariano. Para Toronto, la intención es escalar una posición más y superar a Colombia, lo cual no será nada fácil.

 

Altas y bajas
Históricamente, la Argentina se destacó en los deportes de conjunto, y en Canadá se espera que nuevamente sumen al medallero, aunque las miradas y la presión estarán puestas en las disciplinas individuales. Si el objetivo es superar a Colombia, la delegación nacional deberá hacerse fuerte en algunos deportes en los que, si bien fue creciendo en los últimos años, todavía no se encuentra en los primeros planos. El país caribeño, por caso, basa su poderío en atletismo, patín, ciclismo y halterofilia (levantamiento de pesas). La Argentina, en cambio, apuntará a mejorar en disciplinas como la lucha, la natación y los deportes náuticos, en los que generalmente se destaca.
El deporte nacional pasó de 11 medallas doradas conseguidas en los Panamericanos de 2007, a 21 en los de 2011. La mejora fue muy importante, y mantener esos guarismos ya será de por sí difícil, en especial por la ausencia de algunos nombres y disciplinas.
En cuanto a lo individual, la baja más significativa será la de Sebastián Crismanich, campeón panamericano y olímpico en taekwondo. El correntino se fracturó la tibia en el Abierto de México, a mediados de marzo, y no llegará al certamen continental en Canadá. Otro golpe para las posibilidades argentinas es el retiro de Liu Song, el chino nacionalizado que representó al país en tenis de mesa en los últimos 18 años.
Sin Crismanich, quizás el nombre más sobresaliente es el de la judoca Paula Pareto, medalla de Oro en los últimos Panamericanos y de Plata en el Mundial de su especialidad en 2014. El otro apellido fuerte, quizás un poco más abajo aún en cuanto rendimiento, es el de Germán Lauro. El lanzador de bala irá en busca de un podio en un deporte en el que estadounidenses y canadienses son claros favoritos. Pero también hay nombres no tan conocidos que apuestan a sobresalir en Toronto. Desde el mismo ENARD tienen las esperanzas puestas en Andrea Berrino (natación), María José Vargas Parada (racquetball) y los patinadores Giselle Soler y Juan Francisco Sánchez.
De todas maneras, y hasta en las proyecciones más optimistas, la Argentina no superará el quinto lugar del medallero, y esto tiene que ver con que su fuerte está en los deportes que menos medallas entregan. Los países que dominarán la tabla de preseas serán los que se destaquen en atletismo, natación, ciclismo, pesas, tiro, gimnasia, remo y canotaje, que son los deportes que más podios generarán por la cantidad de disciplinas y categorías que presentan.
Más allá de los nombres propios, la Argentina dependerá mucho de lo que den los deportes náuticos como el yachting, el canotaje y el remo, este último de especial importancia por la cantidad de medallas en disputa. De todos modos, el remo tendrá una ardua competencia teniendo en cuenta que participan los locales y Estados Unidos, dos potencias, a los que se suma Cuba, de sostenido crecimiento en la especialidad.
En cuanto a los deportes más masivos y tradicionales, la Argentina tendrá una baja importante: el fútbol masculino no participará, ya que ganó el Sudamericano Sub 20 (clasificó a los juegos olímpicos). Por eso, se espera mucho del tenis y del hockey femenino, dos disciplinas que no dieron medallas de oro en Guadalajara, pero que tienen grandes chances de subir a lo más alto del podio en Canadá. El handball masculino, por su parte, querrá repetir el histórico primer puesto de México 2011. Tanto el balonmano como el hockey darán pasajes a los Juegos Olímpicos, por lo que ganar tendrá un incentivo doble.
El 10 de julio comenzará la aventura panamericana para la delegación argentina, integrada –según se estima– por unos 480 atletas. Muchos de ellos irán en busca de experiencia, mientras que otros intentarán conseguir su lugar en Río de Janeiro 2016. Un desafío importante para atletas y disciplinas que podrían concretar un salto de calidad de cara a la gran cita olímpica venidera.

Germán Esmerado

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