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Un olímpico objetivo

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Con la conducción de Carlos Retegui, las Leonas no solo buscarán retornar a un podio en Tokio 2021, sino también revalidar el proceso que logró popularizar la disciplina. El camino de la preparación de un seleccionado que cumplió 20 años de historia.


En forma. El equipo albiceleste en Pinamar, durante la pretemporada con miras a volver a competir por el torneo Pro League, en abril. (Télam)

A más de dos décadas del nacimiento del mote las Leonas, la selección argentina femenina de hockey sobre césped, ya toda una institución deportiva en sí, afrontará los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 con el desafío de volver a lograr una medalla. Una más que se sume a las preseas de plata (Sidney 2000 y Londres 2012) y las de bronce (Atenas 2004 y Beijing 2008). Pero también se trata de un asunto más profundo: revalidar un legado que impulsó al hockey hacia la masividad en la Argentina y fortalecer una identidad que moldeó generaciones, más allá de otros grandes deportivos como conquistar los mundiales de Perth 2002 y Rosario 2010 y siete Champions Trophy. La selección retornará a las canchas el 3 de abril, ante Alemania, en el césped sintético del Club Natación y Gimnasia de Tucumán en la competencia Pro League (lidera la tabla de posiciones con 17 puntos, dos más que los Países Bajos), un torneo que servirá como preparación para los Juegos de Tokio, que comenzarán el 23 de julio. Ese bagaje de historia leona será clave en el corto plazo. Los Juegos Olímpicos de Tokio, pospuestos en 2020, están a la vuelta de la esquina.
Entre agosto y diciembre, 28 jugadoras de las Leonas intensificaron la preparación que incluyó una parte en las playas de Pinamar, en pleno aislamiento social por la pandemia, y una segunda ya de vuelta en el Cenard. «En Pinamar hicimos entrenamientos en una cancha de hockey pista, lo que nos permitió hacer énfasis en cosas técnicas que por ahí en la cancha grande no las tenemos. Y también hicimos mucho trabajo físico, con cosas que se salen del libreto, como correr por los médanos o meterle al crossfit», le contó a Tiempo Argentino María José Granatto, 25 años, elegida en 2016 y 2017 como la mejor jugadora Sub 23 del mundo por la Federación Internacional de Hockey. El entrenador de las Leonas es, otra vez, Carlos «Chapa» Retegui, con quien consiguieron el Mundial de Rosario 2010 y la plata en Londres 2012. En septiembre, también, Retegui fue nombrado coordinador general de los equipos femenino y masculino por la Confederación Argentina de Hockey, en un reordenamiento que trajo pujas internas. Hasta 2009, las Leonas habían tenido tres técnicos en 18 años. Desde entonces, el puesto cambió ocho veces. Es el poder que antes no existía.
«Lo más importante de los 20 años tiene que ver con la popularidad que alcanzó el hockey en la Argentina. Antes era un deporte muy jugado, fundamentalmente por las mujeres, y hoy es el deporte femenino más jugado por chicas, y no solo de equipos. El hockey desplazó al tenis, que bajó mucho por el nacimiento de las Leonas. La popularidad del equipo es lo más importante. Más trascendente que las medallas, los premios y que Lucha Aymar», dice Mariano Ryan, periodista especializado en hockey en ESPN, a Acción. En Sydney 2000, la selección femenina de hockey jugó por primera vez con el logo de una leona en la camiseta. Fue diseñado –y cosido a las apuradas– por la entonces jugadora Inés Arrondo, hoy secretaria de Deportes de la Nación. Ese punto de partida, atravesado por la irrupción de Luciana Aymar, elegida mejor jugadora del mundo en ocho ocasiones, llega hasta Tokio 2021. Porque más tarde, en 2018, Delfina Merino fue elegida mejor jugadora del planeta por la Federación Internacional de Hockey. Porque aparecieron nuevas figuras, como Granatto y Lucina Von der Heyde. Y porque otras históricas, como la arquera Belén Succi, Noel Barrionuevo, Rosario Luchetti y Silvina D’Elía, campeonas del mundo en Rosario 2010, continúan en el plantel que será olímpico en Tokio.

Tiempo de revancha
En Río de Janeiro 2016, los últimos Juegos, las Leonas fueron sin embargo eliminadas en los cuartos de final. Desde Sydney 2000 habían siempre integrado el podio olímpico. De ahí que Tokio 2021, para muchas, tenga un plus: un sabor a revancha, a deber ser, una chance de resarcirse interiormente. «Pueden ser finalistas otra vez, claro –dice Ryan–. Es medio extraño todo por el tema de tanto parate. Es toda una incógnita cómo llegarán los equipos. Los europeos ya jugaron algunos partidos por la Pro League. A partir de la segunda ola de coronavirus, se va a emparejar todo. Pero Argentina puede ser finalista otra vez. Se ha equilibrado todo. Es difícil pensar que las chicas no sean semifinalistas en un Juego».
Las Leonas, como dijo el entrenador de fútbol Marcelo Bielsa en una carta pública, son parte del «patrimonio» de Argentina y «consolidan un rol social y cultural». Si todo comenzó con esfuerzo, garra, amor por el deporte y ambición, las exigencias aumentaron con el paso de los años. Es lo que trae entrar en la élite. «Algunos nos critican porque dicen que esto es “deportivo ganar” y nosotros creemos que sí», dijo, sin vueltas, Alberto Nicosia, vicepresidente de la Confederación Argentina. Y si hace 20 años muchos argentinos se sorprendieron levantándose a la madrugada argentina para ver a la selección femenina de hockey en Sydney 2000, ahora, en Tokio 2021, ya es casi una cita de rutina. «Durante la cuarentena empezó una nueva etapa de trabajo, de ilusión y de sueños –resumió Retegui–. La idea, siempre, es disfrutar una vez más del camino rumbo a los Juegos Olímpicos». Las Leonas irán por su primer oro olímpico, acaso el único logro fuerte que les resta en un camino que cumplió 20 años y que ya quedó impregnado en la memoria colectiva de Argentina. Las emociones, al cabo, valen más que los títulos.

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