23 de septiembre de 2025
Pese a la eliminación ante Italia, el seleccionado redondeó otra gran actuación. Balance del ciclo liderado por Marcelo Méndez, quien deja el cargo. La mirada de Daniel Castellani, referente de este deporte.

Triunfazo. Festejo de los jugadores argentinos luego de la resonante victoria sobre Francia, una potencia, el 18 de septiembre.
Foto: NA
La ajustada derrota del seleccionado argentino de vóley masculino ante Italia (cayó en tres sets), en los octavos de final del Mundial que se disputa en Filipinas, marcó un fin de ciclo para una de las actividades deportivas que más evolucionó en nuestro país en los últimos años. Y que incluyó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (disputados en 2021), algo que no se conseguía desde Seúl 88. Dicho ciclo comenzó en 2018, cuando Marcelo Méndez –considerado uno de los mejores entrenadores del mundo– asumió al frente de un plantel en el que complementó jugadores experimentados con juveniles.
El ambiente del vóley argentino lamentó la noticia, que fue confirmada tras la eliminación ante los italianos, vigentes campeones, pero que se conocía desde hace dos meses. Méndez será el entrenador del Trentino, el último campeón de la liga italiana, al que se dedicará de manera exclusiva, ya que al seleccionado lo dirigía part time, durante las ventanas internacionales (así se denomina las fechas en las que se juegan competencias de selecciones). Paralelamente, estaba al frente del equipo polaco Jastrzebski Wegiel, donde en tres años ganó dos PlusLiga locales y fue dos veces subcampeón de la Champions League (2022/23 y 2023/24), además de un tercer puesto (2024/2025).
Exjugador de vóley, Méndez es palabras mayores en los países en los que dirigió, además de Polonia. Ligas españolas y brasileñas; Mundial de clubes. En Brasil lo aman. También en River, donde fue jugador y entrenador. A Méndez le tocó en suerte reemplazar a otro peso pesado del vóley argentino: Julio Velasco, referente mundial. Lo hizo con perfil bajo. En el fútbol, se lo podría equiparar con Marcelo Bielsa: pensante, medido al conversar.
Pérdida con impacto
Estaba, claro, la ilusión de que Méndez (61 años, 20 de junio de 1964) se retirase campeón mundial. No era un objetivo fácil, pero los tres triunfos en la zona C inicial (3-2 ante Finlandia, 3-1 con Corea del sur y 3-2 ante el bicampeón olímpico, Francia) invitaban a soñar. Pero Italia es una de las mayores potencias de este juego y lo demostró con una actuación soberbia, que dejó sin chances al equipo albilceleste.
Más allá de los nombres que se barajan para reemplazar a Méndez, el futuro es incierto. No será sencillo porque el seleccionado mejoró en todos los sentidos y para el próximo entrenador esa puede ser una carga.
También símbolo del vóley argentino y exentrenador del seleccionado, Daniel Castellani, en diálogo con Acción, opina: «Obviamente, siempre los ciclos ganadores son difíciles de reemplazar, como fue el de Marcelo. Pero todo sigue, la vida sigue, nuevos proyectos llegarán y seguramente van a encontrar la mejor solución para lo que viene». Y advierte: «Reemplazar a un entrenador del calibre de Marcelo no es fácil. Tiene un calibre internacional, una trayectoria ganadora, una trayectoria impecable en todo el mundo, no solo en Argentina. Obviamente será importante su pérdida».

Gran conductor. Méndez llevó al equipo a ganar la medalla olímpica, en Tokio.
Foto: @Voley_FeVA
Cambio de mentalidad
En cuanto a resultados, y más allá de la medalla olímpica lograda ante los brasileños, uno de los momentos más altos del equipo fue en 2023, cuando ganó por primera vez el Sudamericano en Recife, Brasil, al vencer en la final 3 a 0 a los locales, que mantenían la hegemonía desde la creación del torneo, en el 51. También consiguió el oro en los Panamericanos de Lima 2019.
Méndez apostó al recambio de jugadores. Y a la motivación; no solo hacia sus dirigidos sino también para con él mismo. La motivación, para él, es fundamental para buscar nuevos objetivos deportivos. Entre ellos, dirigir al seleccionado argentino, primero, y lograr una medalla olímpica. Lo logró con una extraordinaria camada de jugadores. Entre los más renombrados, Facundo Conte –ya retirado– y el armador Luciano De Cecco, quien a sus 37 años juega en el Norwid Czestochowa de Polonia y fue crucial en este mundial.
Pero hay más jugadores relevantes: Luciano Vicentín, Matías Sánchez, Luciano Palonsky, Bruno Lima, Pablo Kukartsev, el capitán Agustín Loser, Nicolás Zerba, Jan Martínez y Manuel Armoa. La lista sigue. También a futuro: las nuevas camadas de jugadores piden pista. Habrá que ver de qué manera se los aprovecha. Y para eso es necesario una continuidad y planificación acertada del cuerpo técnico.
Desde los últimos puestos en los mundiales de los años 70 a los resultados actuales, el vóley argentino logró equilibro. Ante potencias internacionales, no es menor el octavo lugar en el Mundial de Polonia y Eslovenia de 2022. En 2023, quinto puesto de la Liga de Naciones. También es destacable el título del preparatorio Memorial Wagner en agosto, en Polonia, en el que Argentina se impuso a los locales (3 a 1), con una destacada actuación de Luciano Palonsky, quien a sus 26 años es el presente del equipo y el futuro.
«Marcelo le dio al equipo nacional una impronta en el aspecto físico, hizo un cambio en el método de trabajo. Los jugadores crecieron físicamente, que hoy a nivel internacional es fundamental. Todos los equipos tienen jugadores más altos, más fuertes; y para competir a nivel internacional la parte física es importante. Creo que el equipo físicamente hizo una evolución. La otra mejora fue la cantidad de jugadores que brindaron soluciones desde el banco», agrega Castellani, entrenador del albiceleste en los 90. Para él, Méndez logró, además, «un equipo largo en el que supo darle cabida a todos». Y otro aporte no menor fue «la mentalidad de un equipo que en Tokio sentía que aquel era su momento» y supo interpretarlo en el juego: «Tuvieron un nivel altísimo y aprovecharon su oportunidad para conseguir una medalla histórica para el vóley argentino».
Desde ahora, los mundiales se disputarán cada dos años. El de 2027 será en Polonia. Con más equipos: 32. La competencia -y las exigencias- serán aún mayores. El seleccionado argentino tiene todo para soñar.