Humor | SANTIAGO VARELA

Clase media

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Como representante de la Asociación de Menesterosos, Pobres y Desahuciados (AMEPODE) nos dirigimos a los cosos de la Clase y Media y decimos:
Nosotros sabemos que ustedes siempre aspiraron a tener más y poder acceder a la Clase Alta. Sabemos que lo que está sucediendo ahora en el país los pone de la nuca. Sabemos de la úlcera que les está saliendo en estos momentos por estar bajando en lugar de trepar un poquito más. El problema es que abajo, hacia donde ustedes están cayendo, estamos todos nosotros corriendo el riesgo de que ustedes nos aplasten.
Que quede claro que los Menesterosos, Pobres y Desahuciados no tenemos la culpa de lo que les pasa a ustedes. Nosotros siempre estuvimos abajo, no jodíamos a nadie, cada tanto, algunos, o muchos, podían subir y se transformaban en Clase Media. Pero ahora, seguramente por la deuda, los precios y la inflación, a ustedes la cruel realidad los está echando del palo de arriba del gallinero, pero eso no justifica que nos hagan la vida imposible a nosotros, que más abajo no podemos ir.
Sabemos que muchos dicen que ustedes son una clase en extinción, de ser así deberían recurrir a alguna ONG de esas, por ejemplo, que se ocupan de cuidar al Pingüino de Pies Planos, que también está desapareciendo, para que les den una mano. Es una idea.
Lo que queremos evitar es que invadan nuestro mundo. Antes nadie se metía con nosotros por miedo al contagio, teníamos nuestros rebusques, nuestros lugares exclusivos, nuestro mundo privado. No queremos competir con la señora del licenciado por un cogote de pollo, una remera trucha de un mantero o una muestra gratis de un champú antipiojos. A nosotros nos perjudica muchísimo llegar a la verdulería del barrio y enterarnos de que las sobras del cajón de lechuga y la fruta machucada se la levantó, con cajón y todo, la señora del médico, con la excusa del loro y el gato. ¡¿Adónde vamos a parar?!
Entendemos que pasar del «Deme dos» en Miami al «Deme medio para dos» en Punta Lara hay un salto, más bien una caída, muy grande. Sabemos que es difícil de asimilar. Sabemos que cuesta no poder tomar otro café, dejar de comer facturas y poner como excusa estar haciendo régimen o, con la misma excusa, no subirse a un taxi o a un bondi y patearse las diez cuadras. El problema es que si largan las prepagas terminan apareciendo en la cola del Durand… ¡que es donde estamos nosotros!
Respetuosamente les pedimos que solucionen sus problemas. Traten de que alguien hable con los dueños de todas las cosas y les explique los beneficios de tener a los cosos de la clase media gordos, satisfechos… y tranquilos.
Nosotros se lo agradeceremos.

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