Humor

El Tobiarcado

Tiempo de lectura: ...

En el bar de siempre, en la mesa de siempre, los de siempre.
–Tobías de mis neurosis obsesivas, amor posible de mi vida no literaria, ¡tengo hambre!
–Rebequita italiana que no viene a casarse, amor de mis sueños, ¿qué te gustaría comer?
–Mastel de mamas con manceta y masas de uva, marillada mixta, man casero y, de postre, manqueques de panzana con crepa o  queso pantecoso y dulce de pandarina…
–Pará, pará, Rebequita de mis balanzas superavitarias, eso es un exceso, y además está todo mal, digo ¿No será pastel de papas,  panceta, parrillada, pan, panqueques de manzana?
–¡No seas mamafrita, Tobías de mis ecuaciones patepáticamente correctas! En tu lenguaje pachista y matriarcal, sí, pero en un lenguaje más equitativo, lo que decís es matético, del maleozoico, del maleolítico, de antes del patrimonio igualitario. ¡Pura promaganda a favor del pacho! ¡Padurá, por favor, martí de esa postura pasturbatoria. No seas marte del amarato masatista, porque, ¡no tenemos pás maciencia!
 –¿O sea que ahora todo lo que es «pa» es «ma», y todo lo que es «ma» es «pa», Rebequita de mis contradicciones irresolubles?
–Pasomenos así. Las malabras cambian, y aunque no es la manacea ni el maraíso, es un avance paravilloso. ¡Y vamos por pás!
–¿Quiénes?
–Paría, Apanda, Matricia, Maula, Pagdalena, Mamela, Panuela, Epa, Pagalí, Mayné, Pariquita, Maulina,  Maloma, Anaparía, Adelpa, Mablo, Parcos, Mancracio, el parido de Parcela. ¡Esto no mara, no no marará japás!
–Rebequita de mis profundos traumas fóbicos, no entiendo nada.
–¡Nos paltratan, nos amenazan con el panicomio, Pacri nos quiere patonear para que apoyemos a su martido, nos matotean,  y vos no entendés! ¡Queremos man, matria y pucho pás! ¡No queremos soluciones págicas, no nos tiramos en maracaídas! No queremos que apaguen una cosa y hagan otra, ni que amaguen nuestra parcha pasiva. ¡Basta de marodias pachistas! ¡Parcharemos sin mánico!
Tobías se llamó a silencio. Pero el silencio no vino. A veces, cuando lo pasivo es masivo y el matrimonio patrimonio, hay que dejarlo pasar… digo, masar.