27 de octubre de 2016
(Hugo Horita)
Tobías, el de la mesa de al lado, estaba preocupado. Eso no constituye ninguna notica. Ni siquiera merece un párrafo en la pagina 57 del diario, esa que nadie llega a leer. O un tuit, ni que hablar de un retuit, o un «me gusta» en Facebook. Nada. ¡Bueno, nada no, a Rebequita sí le importa!
–¿Que te pasa, Tobías de mis meritocracias? ¿Por qué estás con esa cara de empresario pyme después del 10 de diciembre de 2015? ¿En que te has convertido?
–Ay, Rebequita de mi sagrada circuncisión, mi cara no es sino un reflejo de lo que esta ocurriendo, pero ¡no a mí, sino al país! ¡Se esta convirtiendo en queso gruyere, y a nosotros nos toca el agujero!
–¿Pero qué dices tú, hombre de poca fe en los milagros invisibles del mercado? ¡Peor hemos estado y hemos salido! ¿No recuerdas, Tobías de mis slips floreaditos, cuando éramos novios y el mercado se imponía en todo el mundo, y el neoliberalismo parecía que iba a durar para siempre?
–Rebequita de mis bondiolas con chedar, ¡eso es lo que ahora mismo esta pasando! ¡Una epidemia de riqueza aspiracional sobrevuela al mundo! ¡Los pobres votan por el candidato que les conviene a los ricos! ¡Y no hay viceversa!
–¡Nunca hay viceversa, nunca hay viceversa! ¡Y cuando hay, está carísima la viceversa! ¡El otro dia quise comprar un poco para darle sabor a los «tomates sincerados», y me pedían tres jubilaciones más un bono inexistente.
–Y claro, Rebequita de mi corazón de alcaucil en escabeche ¡Acá esta todo así!
–¿Así cómo?
–No sé, lo único que te puedo asegurar es que nada es como era, nada será como es y nadie puede saber cómo habría sido lo que hubiera sido, si no fuera lo que es.
–¡Ay! Tobías de mi pechuga hervida, ¡deberías dedicarte a la política! Qué genio que sos para decirme algo que no entiendo nada, pero que suena como si supieras mucho.
–No me digas genio, porque seguro que después me pedís tres deseos o me metes en una botella. ¡Y yo en política no me meto, es ella la que se mete en mi!
–Tobías no seas chancho, ¡que está caro!
Es el momento para dejarlos solos.