Humor

Smart, muy smart

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Y ya las navidades, con su noche de paz, noche de amor, se cernían sobre la ciudad. El país, el mundo. Algunos rezaban, otros cocinaban, otros hacían un balance del año, otros hacían la cola para comprar peceto para el vitel toné, otros descansaban, y otros adornaban el arbolito. En la casa de Boni se oyó un leve sollozo.
–¿Qué pasa, Boni? –preguntó el padre, entre apesadumbrado y acostumbrado.
–Estoy preocupado, pa, tengo miedo de que en estas navidades te regalen un smarfon.
–Pero, Boni, ¿por eso estás así? No seas tonto. Mirá, no creo que nadie me regale eso, pero además… no es más que un aparatito.
–Ay, pa, ¡qué antiguo que sos! Sos de la época en la que la gente no le tenía miedo a los aparatos, en que las personas creían que decidían qué es lo que querían hacer y los aparatos obedecían.
–¿Ahora no es más así? –preguntó el padre–. ¿No hay una heladera que congela los alimentos y un microondas que los descongela, y un lavarropas que lava la ropa, y eso?
–En apariencia, sí, pero la verdad es que los aparatos de ahora son inteligentes, muuucho más inteligentes que las personas. ¡Son smart!
–¿Y entonces?
–¡Pueden hacer cualquier cosa! ¡Un mismo aparato puede hacer de teléfono, computadora, televisor, cuaderno, lugar para escuchar música, radio, grabador, GPS, mascota, profesor de gimnasia, novia, personal trainer, delivery boy, arma de destrucción masiva, consolador, cámara de fotos, biblioteca, archivo de la memoria, consola de videojuegos, cine, cuñado, agente secreto de países inexistentes, croupier, despertador, alarma contra suegras, médico especialista, yo auxiliar, psicoterapeuta, abuelo y narrador oral.
–Boni, estás exagerando.
–No, pa, en una propaganda dicen que favorecen la comunicación, evitan el tránsito lento, ahuyentan la soledad y traen buena suerte.
–Boni, las propagandas siempre mienten un poco. ¿Vos a qué le tenés miedo?
–¡A que te regalen un smarfon y lo quieras más que a mí!
Nuevos miedos, nuevas realidades.

Rudy