Humor | Por Rudy

¡Tobías a la final!

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Rudy

Tarde de diciembre. Rebequita y Tobías compartiendo «algo fresco» en la mesa del bar.
–¡Rebequita de mis jugadas peligrosas, salimos campeones!
–Ay, Tobías de mis re sostenidos, ¡no sabía que jugabas al fútbol y, mucho menos, que estabas en la selección! Y ahora me entero de que te fuiste a jugar a Qatar y no me llevaste. Ni siquiera me avisaste, y mucho me temo que compartí todos estos días con alguien increíblemente parecido a vos pero que no eras vos. Y tengo que confesarte algo: ¡te engañé con vos mismo!
–Pero Rebequita de mis tres goles a Croacia, ¿por qué tantas sandeces en un solo párrafo? ¿Qué te lleva a pensar que estuve físicamente ausente de tu adorable compañía?
–Pues que dijiste «salimos» campeones. Esa primera persona del plural, diría yo, te incluía en el plantel del seleccionado, ¿o me equivoco?
–Ay, Rebequita, ¡estaba hablando en términos metafóricos! Yo no fui parte del plantel del seleccionado, pero desde lo afectivo siento a la selección como algo propio y, como millones de argentinos, me apropio de esa sensación nacional y popular.
–¿Ves, Tobías? Es por eso que mucha gente odia al populismo. ¿Por qué te apropiás de algo que no es tuyo? Tenés que aprender a respetar la propiedad privada.
–Es que sí es mío, Rebequita… la alegría, la emoción y el orgullo es de todos.
–Entonces ¿por qué te apropiás de algo que ya era tuyo? Sos un acaparador… querés tener dos alegrías y no pensás que hay gente que no tiene ninguna.
–Ay, Rebequita, ¿por qué decís que hay gente que no tiene ninguna? Si en todo el mundo están contentos con el triunfo de nuestra selección. Vi festejos en Bangladesh, en Indonesia, en Miami, en Beijing…
–¡Vos siempre mirando lejos para evitar ver a la que tenés al lado!
–¿Vos no estabas contenta, Rebequita?
–Yo sí, Tobías de mi tiempo suplementario, yo sí, pero mi pobre tía Decapitée, esa que dice que desciende de Marie Antoinette, se pasó la semana con el rabo entre las patas, con la frente marchita, cantando «La Marsellora».
–Vos dirás «La Marsellesa».
–No, no estaba yesando, estaba llorando, sollozaba «alonsanfants de lapatríiii, le yur de Messi etarrivé». Ella que tenía preparado los banderines que decían «Liberté, Egalité, Fraternité, Mbappé». Tenía armados los cruasants y los creps… y ahora ¡se le putrefacté le curró!
–Bueno Rebequita, pero ahora los argentinos vamos a terminar el año más felices.
–¡No me digas que bajaron los precios!
–No, Rebequita, mirá… una cosa es salir campeones del mundo, ¡otra, hacer milagros!

Foto: NA

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