16 de diciembre de 2021
En Adolescentes, participación y ciudadanía digital (Fondo de Cultura Económica, 2021), Roxana Morduchowicz da cuenta del uso reflexivo y creativo de internet por parte de los adolescentes para realizar un análisis crítico de la realidad y como espacio de participación, características que para la autora definen al ciudadano.
«Ciudadano digital no es quien cuelga un video contando cómo le fue en un examen; es quien comprende cómo funciona el entorno digital y puede navegar en contextos digitales complejos, con la capacidad de distinguir las noticias falsas o el discurso del odio y tiene la capacidad para identificar los grandes dilemas que genera el uso de internet, como los límites de la privacidad o la big data», estipula la doctora en Comunicación por la Universidad de París.
Basada en el estudio de 2000 adolescentes argentinos, la también consultora de la Unesco en temas de educación y tecnologías habla del espacio para la acción colectiva para generar transformación. «Hasta hace unos años, los cantantes o deportistas eran los referentes de los adolescentes, hoy son youtubers como Santiago Maratea o Greta Thunberg, uno activista social y otra activista ambiental, que ayudan y contribuyen a ver a internet como espacio de participación».
«Como sociedad tendremos que analizar de qué manera encuentran un espacio de participación sin temor a la burla», acota, destacando que del trabajo surge que el 50% sufrió alguna intimidación en redes sociales después de hacer emitido una opinión, porcentaje que se eleva a 80% en los foros de participación. De acuerdo con Murdochowicz, la llamada brecha digital en los adolescentes está dada no solo por el acceso a la web –«un factor que se manifestó durante la pandemia, cuando los chicos sin acceso se vieron acotados al uso del celular y el WhatsApp para hacer sus tareas»– sino también en las capacidades para identificar –o no– los riesgos y oportunidades de las redes.
«Para acortar ambas brechas se necesita una política de Estado. Primero, fortaleciendo el acceso, ofreciendo equipamiento y conectividad para todos. Y en lo que se refiere a las nuevas brechas digitales que priorizan las competencias, se necesita una política pública de formación docente en ciudadanía digital», concluye.
