Informe especial | PROYECTO WOW Y CHASQUI

Datos para el bien común

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Victoria Aranda

Desde la cooperativa de innovación explican cómo a partir de una plataforma de comercio electrónico 218 tiendas sacan provecho de una misma tecnología.

Katz. «En Wow buscamos salir de la lógica deshumanizante del mercado.»

Foto: Horacio Paone

Trabajo horizontal, democrático y colectivo. Con esos objetivos nació en 2013 la cooperativa Proyecto Wow, definida por Jonathan Katz, uno de sus 12 asociados, como una entidad focalizada en tecnología más educación. Aunque, según consta en su página web –wow.coop.ar– diseño y desarrollo son los otros dos ejes de trabajo bien consolidados. En este campo se proponen aplicar los valores del cooperativismo que, aseveran, no son meros principios teóricos sino una práctica activa que se pone en juego en cada día de trabajo. «Todes les asociades son conscientes de que la piedra angular del proyecto es la emancipación de las relaciones de trabajo de explotación y de la lógica deshumanizante del mercado», subrayan. «Trabajamos para terceros, aunque no para cualquiera: nuestra primera premisa es que sea tecnología bien utilizada (no para Monsanto, por ejemplo), con valores», explica Katz, ahondando en los detalles: «Nuestro desafío es, entonces, utilizar los datos, que son una mercancía muy potente, pero hacerlo para el bien común», resume.
Katz explica que desde hace unos años comenzaron a trabajar en lo local, para generar tecnologías que mejoren la inserción del sector cooperativo en el mercado. «Dejamos de hacer tecnología para terceros para trabajar en plataformas», explica. ¿Hay un match entre cooperativismo y plataformas? «Cualquier plataforma modela las relaciones sociales», contesta. «En cuanto a la economía de plataformas, lo cierto es que no tiene costos de reproducción: se reproduce sin perder calidad a un costo nulo. Muchas organizaciones usando una misma tecnología no degradan la tecnología. Muchos actores la utilizan y no pierden calidad. Así, diez empresas bajan costos a la décima parte», explica, antes de profundizar con un ejemplo.
Katz remite a Chasqui, una plataforma de comercio electrónico de la economía social con dinámicas sociales; un proyecto de la Universidad de Quilmes al que se sumaron en 2020. «¿Quién es el dueño de la plataforma? Todos. Hay 218 tiendas inscriptas». Wow mantiene la plataforma y la UnQui capacita en el uso y da soporte técnico. Chasqui registra ventas por 10 millones de pesos. Mercado territorial, Almacén Patagónico, Mercado Transformador, Almacén Autogestionado son algunas de las integrantes. La entidad aun está terminando de definir de qué manera se gobierna la plataforma. «La forma legal sería cooperativa de múltiples actores y nos gusta eso, aunque la figura de la representatividad es algo a resolver», puntualiza. «En definitiva, se trata de cómo gobernamos nuestra plataforma colectiva. A mí me gusta asemejarla a un club: una asociación para el bien común», esclarece, cuando los interrogantes apuntan a los objetivos. En este sentido y en líneas generales, una de las metas de Proyecto Wow es descubrir nuevas herramientas tecnológicas, con la posibilidad de fusionar saberes teóricos con problemas y soluciones concretas, y con impacto en la realidad, al tiempo de poder afianzar los lazos con pares del sector cooperativo.
Para finalizar, Katz alerta: «Hay una tendencia de las plataformas a la concentración, al monopolio, que hace muy difícil competir». Este es, sin dudas, uno de los grandes retos de las plataformas tecnológicas que apuntan a un modelo más justo y democrático.

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