9 de agosto de 2021

Cuando a fines de 2020 surgieron variantes que comenzaron a plantear un mayor riesgo para la salud pública, la Organización Mundial de la Salud impulsó la caracterización de Variantes de Interés (VOI) y Variantes de Preocupación (VOC) con el objetivo de priorizar el monitoreo y la investigación. Cuando una variante de interés empieza a tener características distintivas preocupantes como fallas en los tratamientos o en los diagnósticos, o se observa una mayor transmisibilidad que impacta en la estrategia sanitaria, se la clasifica como variante de preocupación. A su vez, un grupo de expertos convocado por la OMS recomendó el uso de denominaciones basadas en las letras del alfabeto griego, «que serán más fáciles de usar y más prácticas para los debates del público no científico», pero también con el propósito de «no estigmatizar» y evitar así identificarlas por el lugar donde fueron inicialmente detectadas. Hasta ahora son cuatro las variantes denominadas de preocupación: Alpha, Beta, Gamma y Delta, y siete las variantes de interés: Epsilon, Zeta, Eta, Theta, Iota, Kappa y Lambda, esta última con registro de pruebas documentadas en Perú el último diciembre.