16 de febrero de 2023

Un tren con químicos operado por Norfolk Southern, una de las principales compañías ferroviarias de Estados Unidos, descarriló el pasado 3 de febrero, aunque recién ahora se difunde la noticia, en un área fronteriza entre Ohio y Pensilvania, provocando un desastre medioambiental que contaminó el aire, el subsuelo y las aguas fluviales. El descarrilamiento se produjo en East Palestine, un pueblo de 4.700 residentes, y se produjo cuando 50 vagones se salieron de las vías, provocando un incendio de dimensiones importantes ya que al menos 10 de los vagones quemados trasladaban sustancias altamente tóxicas como el cloruro de vinilo, un gas que se usa para la fabricación de plástico PVC y es inflamable y cancerígeno. La Agencia de Protección Ambiental reconoció que muchas de las sustancias peligrosas del tren se filtraron hacia las aguas fluviales. Varios residentes de los pueblos afectados han iniciado una demanda federal conjunta contra la compañía ferroviaria, a la que exigen que se comprometa a costear los monitoreos de salud ambos estados. En caso de perder el juicio, tendría que pagar por los problemas en un radio de 50 kilómetros.