14 de septiembre de 2025
El reciente veto al financiamiento del Hospital Garrahan y la precarización de sus profesionales pone en jaque un sistema de atención pediátrica reconocido en toda Latinoamérica. Así lo señaló por esta horas Mauro García, jefe de Terapia Intensiva del centro asistencial, quien señaló que “desde hace más de 18 meses que el Hospital Garrahan viene perdiendo poder adquisitivo en los ingresos de los trabajadores y muchos de los que conformaban los equipos especializados tomaron la resolución de irse del hospital. Esto es lo que más nos preocupa”.
En declaraciones radiales, García explicó este sábado que la Ley de Emergencia Pediátrica, recientemente vetada por el Gobierno, buscaba actualizar los salarios a fines de 2023 y compensar la inflación. “La ley lo que hace básicamente es traer nuestros sueldos a finales del 2023 y darnos lo que correspondería por el ajuste inflacionario. No es una gran cantidad de dinero, pero lograría compensar algo de todo esto”, detalló.
En la misma línea, el jefe de Terapia Intensiva enfatizó que la pérdida de profesionales altamente capacitados afecta de manera crítica el funcionamiento del hospital: “Ayer contabilizamos 245 renuncias desde que comenzó el conflicto. En oncología, por ejemplo, había cinco puestos para ocupar y se ocupó uno solo. Este hospital atiende el 40% de los pacientes oncológicos del país. Estamos preocupados por el futuro”.
En tanto, respecto de la situación de los residentes, explicó que muchos optaron por la beca institucional frente a la oferta del Ministerio, a pesar de perder derechos laborales y antigüedad: “Les ofrecían 800.000 pesos en la beca ministerio y 1.300.000 en la institución, pero no van a tener recibo de sueldo ni antigüedad, y las licencias dependen de la jefatura. Esto refleja la precarización que estamos viviendo”, consignó Noticias Argentinas.