9 de julio de 2023
Se trata de un kit para el control biológico secuencial de hormigas cortadoras de hojas que fue desarrollado y patentado por investigadoras de la Universidad Nacional de Quilmes, y que funciona mediante la aplicación paulatina de cebos que los insectos no reconocen como algo dañino y, por lo tanto, lo transportan al nido. Según detalla Página 12, el kit consta de tres fórmulas y cada una contiene al menos dos agentes: uno que ataca a los animales y otro que ataca al hongo del cual se alimentan. Si se reduce la cantidad de comida, es más factible que la reina de la colonia muera de hambre. De esta manera se combate el problema por dos frentes distintos.
“Como las hormigas además son numerosísimas, van desde cientos de miles a millones por hormiguero y los controladores biológicos tienen un cierto tiempo de acción para crecer, desarrollarse y matar a la hormiga. El control no es rápido como con los insecticidas químicos”, señaló Patricia Folgarait, docente de la Universidad e investigadora principal del Conicet, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ. Esto implica que como se requieren sucesivas aplicaciones para controlarlas, es necesario un producto que las engañe y no puedan asociarlo con algo dañino.
No obstante, la científica aclaró que su objetivo no es extinguir o exterminar las hormigas, sino disminuir las poblaciones para que no generen problemas a las personas. “Este es un enfoque muy diferente al de los agrónomos típicos, donde lo único que quieren es erradicar totalmente una plaga y no les importa demasiado cómo hacerlo. Eso no es parte de mi filosofía”, afirmó Folgarait.