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Complicidad de la Iglesia con la dictadura

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Federico Gogala, excapellán del Hospital Militar de Campo de Mayo, ya fallecido, no declaró ante la Justicia, pero dejó escrito que, durante la última dictadura cívico-militar, en la maternidad del Centro Clandestino, había «unas parturientas que estuvieron presas o incomunicadas». En su testimonio, el eclesiástico recordó que vio a una de ellas, primero en una de las habitaciones, donde «estaba muy triste porque la separaron de su hijo»; luego sentada en el asiento trasero de un «automóvil particular». Los dichos de Gogala fueron revelados hace unas semanas, de manera fragmentada y con partes censuradas, en el tomo II del libro de la Conferencia Episcopal Argentina La verdad los hará libres. El texto salió a la luz 16 años después de que Abuelas de Plaza de Mayo solicitara a la Justicia federal de San Martín citar a declarar a Gogala y no lo consiguiera. La declaración del clérigo tuvo lugar en la investigación que el Episcopado encargó a un grupo de teólogos de la Universidad Católica Argentina sobre los archivos de la institución y los del Vaticano vinculados a la última dictadura cívico-militar-eclesiástica.

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