10 de septiembre de 2021
El Departamento de Justicia de Estados Unidos demandó al estado de Texas por la reciente ley que prohíbe interrumpir el embarazo después de las seis semanas, incluso en caso de violación o incesto. Para el fiscal general, Merrick Garland, «la ley es claramente inconstitucional» y por lo tanto, especificó, «el Departamento de Justicia tiene la obligación de defender la Constitución de Estados Unidos y el estado de derecho». El gobernador de Texas promulgó una ley que penaliza el aborto una vez que se detecta el latido del corazón del embrión, esto es a las seis semanas de embarazo. La asociación Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), Planned Parenthood (Planificación Familiar), el Centro de Derechos Reproductivos y otras asociaciones habían pedido una solicitud de emergencia -recurso de amparo- a la Corte Suprema para detener la aplicación de esta normativa que fue rechazada por los magistrados, mayoritariamente conservadores. El presidente Joe Biden, a continuación, criticó la negativa judicial y se comprometió a «un esfuerzo del gobierno» para eliminarla.