25 de julio de 2022
El papa Francisco, en nombre de la Iglesia católica, pedirá un perdón dilatadamente esperado por las comunidades indígenas, víctimas durante más de un siglo de una política dirigida a eliminar su cultura mediante el sistema de escuelas residenciales para niños, lo que constituyó un genocidio denunciado por los descendientes. Durante 165 años, estas escuelas residenciales separaron por la fuerza a menores indígenas de las Primeras Naciones, Métis e Inuit, de sus familias, sometiéndolos a desnutrición y abusos físicos y sexuales en lo que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá calificó de «genocidio cultural» en 2015. Más de 4.000 niños indígenas murieron. La primera escuela residencial para indígenas comenzó a funcionar en Canadá en 1831. Sus antecedentes, no obstante, se remontan a principios del siglo XVII. En esa época y hasta el siglo XIX, órdenes religiosas dirigieron escuelas misioneras para niños indígenas que fueron las precursoras de este sistema de escuelas residenciales.