27 de julio de 2022

Trabajadores oriundos de Filipinas y Bangladesh trabajaban en condiciones de esclavitud en pleno siglo XXI en una obra del puerto de Amberes, Bélgica, reveló la fiscalía de esa ciudad. Al mismo tiempo, declararon que había «55 víctimas potenciales», la mayoría de ellos, filipinos. De acuerdo con los trabajadores, hacían tareas como soldadores e instaladores de tuberías en una dársena del puerto de Amberes. «Ganaban entre dos y cuatro euros la hora, cerca de 600 euros al mes», señaló Klaus Vanhoutte, director de un centro para víctimas de esclavitud moderna. Las autoridades notificaron que el número de personas explotadas en un único lugar, no tiene precedentes en Bélgica. La red de tráfico que explotaba a estos trabajadores asiáticos los movió por varios países europeos ya que además «tienen permisos de trabajo para Hungría y Polonia», identificaron que algunos de ellos habían trabajado en Alemania y que un grupo estaba listo para partir hacia Grecia.