5 de noviembre de 2024
En todo Estados Unidos se han tomado medidas excepcionales para garantizar el desarrollo sin incidentes del proceso de votación y de su posterior recuento. Las autoridades locales han reforzado los centros de votación con mamparas blindadas, en algunos casos, drones de vigilancia y botones de pánico para que los trabajadores electorales puedan conectar con la Policía. En Washington DC, la capital estadounidense, cerca de 3.000 agentes de Policía trabajan turnos de 12 horas, vigilando el desarrollo de la jornada electoral. En otros estados, como Nevada o Washington, se ha activado a la Guardia Nacional para que desempeñe funciones de protección en caso de incidentes. En Arizona, el centro de recuento del condado de Maricopa, donde hace cuatro años grupos de manifestantes partidarios republicanos intentaron detener el recuento que acabó adjudicando el estado al entonces candidato demócrata, Joe Biden, se ha convertido en una fortaleza. De acuerdo con los analistas, uno de los grandes responsables en crear esta atmósfera es el propio Donald Trump, con declaraciones que apuntan a que esta vez tampoco reconocerá como legítimo ningún otro resultado que no sea el de su victoria.