31 de octubre de 2024

Casi siete años después del asesinato de la concejal brasileña Marielle Franco, sus dos homicidas confesos comenzaron a ser juzgados en Río de Janeiro. «Hoy es el primer paso para la justicia, porque no podemos normalizar que ninguna vida sea segada de la forma en que nos arrebataron» la de Marielle, dijo su hija, Luyara, de 25 años,  ayer, durante una emotiva concentración de unas 200 personas afuera del tribunal antes del juicio. El 14 de marzo de 2018, esta carismática activista por los derechos de los negros y LGBT elegida concejal de Río fue acribillada a tiros dentro de su vehículo. Tenía 38 años. Su chofer, Anderson Gomes, también murió en el atentado. Nacida en una favela, Franco militó durante mucho tiempo contra la violencia policial y en favor de los habitantes de los barrios más pobres. También se enfrentó a la acción de las milicias. La fiscalía pidió 84 años de cárcel para los homicidas.