23 de diciembre de 2021

El mismo día que el Gobierno nacional canceló un pago al Fondo Monetario Internacional por casi 1.892 millones de dólares correspondientes al segundo vencimiento del megapréstamo que le otorgó al gobierno de Mauricio Macri en 2018, el directorio ejecutivo del organismo publicó un informe en el que concluyó que «la estrategia y la condicionalidad» de ese programa «no eran lo suficientemente sólidas». Sin embargo, no fue un mea culpa muy profundo, ya que consideró que el préstamo fue «consistente» con las políticas y procedimientos del Fondo. Por esa razón, en una entrevista con C5N, el ministro de Economía Martín Guzmán consideró que «debió haber más autocrítica». Para Guzmán, «se debería haber entendido mejor el fenómeno inflacionario en la Argentina y que no se podía pensar que sólo con la política monetaria y la tasa de interés se podía resolver». El titular de la cartera económica agregó que, de todas maneras, «el FMI reconoció que la plata (del Stand By) se utilizó a un salvataje a acreedores que habían entrado a hacer una apuesta en 2016, y se utilizó para financiar la formación de activos externos». Y especificó: «alrededor de US$ 21.000 millones se destinaron a pagar una deuda insostenible y US$ 24.000 millones para generar activos externos».