10 de enero de 2023

«Da la impresión de que a los generales les gustaba cuando la gente reclamaba un golpe. Ningún general se movió para decir que no podía ocurrir eso». El tono ofuscado de Lula da Silva atravesó una reunión que el presidente brasileño mantuvo con los gobernadores un día después del ataque a las sedes del poder institucional por bandas de bolsonaristas. «Estaban en las puertas de los cuarteles pidiendo golpe», destacó el flamante jefe de estado. Luego de los graves incidentes del domingo en Brasilia, la policía finalmente controló la situación -hubo unas 1500 detenciones- y el gobierno federal recibió el apoyó prácticamente unánime de todo el mundo.
Este lunes, miles de ciudadanos convocados por los movimientos sociales marcharon por la Avenida Paulista, en San Pablo, para repudiar los ataques bolsonaristas y rechazar una eventual amnistía a los responsables de esos hechos. El acto fue convocado por los frentes Pueblo sin Miedo, Brasil Popular, el Movimiento de los Trabajadores de la Calle (MTST) y la Coalición Negra por los Derechos, y participaron las barras bravas de los principales equipos de fútbol, Corintians, Palmeiras, Santos y San Pablo. En Estados Unidos, donde se autoexilió el principal acusado por los desmanes, el expresidente Jair Bolsonaro, la administración de Joe Biden recalcó su apoyo a Lula y a las instituciones democráticas y advirtió sobre cualquier intentona golpista. Bolsonaro, por su parte, fue internado por unas horas en un sanatorio por fuertes dolores abdominales.