14 de julio de 2022
La inflación en Estados Unidos alcanzó otro récord en junio, al trepar a un 9,1 % interanual, una tasa que no se registraba desde 1981. Al tope del incremento de precios estuvo el encarecimiento de la energía y de los alimentos. Según los datos que aportó la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), el ente estadístico estadounidense, en un mes, el índice de Precios al Consumidor subió el 1,3 %. La disparada de los precios de la energía, y sobre todo de la nafta, así como de los alimentos -como consecuencia de la guerra en Ucrania- fue determinante para esta nueva escalada de la inflación, que repercute en el gobierno de Joe BIden, que enfrenta una baja de credibilidad de cara a las elecciones de medio término de noviembre. La energía subió el 7,5 % en junio, y dentro de ese rubro la nafta se disparó el 11,2 % en solo un mes. En un año, la energía subió el 41,6 %, el más alto incremento desde abril de 1980. En base a estos datos, el Fondo Monetario Internacional recalculó que el PBI estadounidense crecerá un 2,3 % este año y el 1 % el que viene, 6 y 7 décimas, respectivamente, por debajo de las estimaciones que el organismo había anunciado hace dos semanas.