18 de agosto de 2021
A 19 días de haber jurado su cargo y luego de recibir la hostilidad más feroz del establishment político, mediático y militar, renunció el canciller peruano Héctor Béjar. La excusa para la estocada final fueron antiguas declaraciones y un comunicado de la Marina de Perú, que aceleraron la salida del ministro de Relaciones Exteriores del presidente Pedro Castillo. El domingo en la noche un programa de televisión divulgó declaraciones de febrero pasado en las que señalaba que la Armada de su país había cometido actos terroristas y había sido entrenada por la CIA. La derecha salió enardecida a lanzar un mandoble que en realidad tiene como destino el primer mandatario, al que no quieren ver con la banda presidencial. La Marina emitió un comunicado criticando Béjar y destacando su pasado como guerrillero hasta que el ministro de Defensa de Castillo, el exsuboficial de la Policía y abogado Walter Ayala, respaldó a los marinos. El Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado señalando que las declaraciones eran previas a la designación de Béjar y que «vienen siendo manipuladas, editadas, recortadas y sacadas de contexto con el propósito de desacreditar y lograr la censura del ministro». Pero ya era tarde.