26 de abril de 2017
El hambre, una tragedia sin fin, se extiende en el este del continente africano. Sucede en Somalia, Etiopía, Uganda, Kenia y, en menor medida, Tanzania. Pero la situación es desesperante en Sudán del Sur, el más joven de los países reconocidos por la ONU, un territorio rico en petróleo que venía de padecer una década de guerra civil y que parecía encaminarse luego de un acuerdo de paz que llevó a su independencia de la República de Sudán, en 2005.
Pero los sursudaneses llevan seis años de hambruna. La fortuna que fluye de las entrañas de la tierra no derrama hacia la población y padecen de esta situación dramática unas 100.000 personas.
Las imágenes muestran un centro de distribución de alimentos en el paraje de Ganyiel, distrito de Panyijiar. A la izquierda, una fila de pobladores que buscan su ración alimenticia. Arriba, dos mujeres con sus hijos que esperan ser atendidos en la sala de salud.
Fotos: González Farran/AFP/Dachary