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El Municomio

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«Primero fue un lugar donde guardar los instrumentos, una vez limpio se convirtió en sala de ensayo y los ensayos abiertos se transformaron en recitales cada fin de semana. Así es la cultura punk del Gran Buenos Aires. Feroz en la defensa de su identidad frente al poder del mercado», sostiene Muni, el cantante de Emociones perdidas, el último «puntero» del punk que gestiona El Municomio, sala de recitales y centro cultural, en la localidad de Grand Bourg, en el Conurbano bonaerense. Hace tiempo que Muni avisa que es el último año, pero ya cumplió once. Mientras la cerveza pasa de mano en mano, bajo la luz tenue de un foquito amarillento tocan bandas de la provincia, pero también de Chile, Uruguay, México, Francia y Rusia. Pero no todo se reduce al punk. Hasta el escritor Osvaldo Bayer hace un par de años bautizó el lugar con una conferencia para los pibes del barrio. «Si el Municomio cerrara hoy, mañana se abriría otro antro similar», afirma Muni.

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