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Itinerario cultural sobre rieles

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«¿Cómo no vamos a estar contentos? ¡Si hasta yo estoy en el museo!» exclama Adán Oliva, jubilado ferroviario de 86 años de edad y vecino del flamante Centro Histórico Cultural de Cañada de Luque, ubicado en la vieja estación de trenes de esa localidad cordobesa que se encuentra a 130 kilómetros al noreste de la capital provincial. «En este lugar nos emocionamos primero los ferroviarios –asegura– pero también todos los  vecinos. Algunos ni conocían las vías. Tuve que contarles cómo era mi  tarea de peón de cuadrilla y el gran significado que tenía el tren para todos estos pueblos, que podían, a través de este medio de transporte, trasladar sus productos: cal, granito, sal, carbón y tantas cosas más. Sin tren nos quedamos aislados y con una pérdida terrible».
El 1º de febrero de 2013 se cumplió el primer centenario de la habilitación del ramal Dean Funes-Laguna Paiva del ferrocarril Central Norte Argentino, que unía las sierras cordobesas con el río Paraná y dio origen a numerosos pueblos en el norte de la provincia mediterránea y en el centro-norte de Santa Fe. En dicha ocasión se hicieron homenajes a los pioneros y se formalizó la alianza entre los diferentes espacios ferroviarios (clausurados entre 1977 y 1981 y recuperados por los municipios para usos culturales) para reconstruir las tramas sociales y las identidades regionales conectadas a través de los caminos de hierro. Es así que la bicicleta de don Figueroa, la máquina de coser de la familia Bollo, el teléfono de los Verón y la plancha de doña Villaba –algunos de los objetos atesorados en Cañada de Luque– se suman al acervo de otros 10 museos ubicados en las localidades cordobesas de La Paquita, Balnearia, Marull, La Para, Villa Fontana, La Puerta, Obispo Trejo, Las Peñas, Macha y Villa Santa Rosa. Juntos constituyen el primer itinerario cultural ferroviario de la Argentina. Pronto se agregarán al mismo las estaciones Seeber, Altos de Chipión y Los Mistoles.
Unos de los impulsores de la iniciativa es Carlos Ferreyra, director del Museo La Para, quien expresa: «El proyecto es  una forma de conocer paisajes e historias unidas por la vías del antiguo ferrocarril Central Norte Argentino, que en Córdoba tiene su tramo Dean Funes-Seeber. Fue creado por el legislador Pedro Schiavoni y sancionado a través de la Ley provincial 10.056. Asimismo, tiene el apoyo de la asociación civil Amigos del Patrimonio Histórico de Ansenuza, Suquía y Xanaes (APHA)».
El recorrido, que abarca una distancia de 440 kilómetros, se puede conocer por tramos y descubrir a lo largo del mismo la diversidad del paisaje cordobés: desde las  planicies nordestinas en las costas del Mar de Ansenuza hasta las cuchillas de Totoral o los caminos de las sierras de Macha e Ischilín.  Un itinerario  que, a pesar de ser diverso, está unido por las vías del ferrocarril construido entre 1909 y 1913,  que fue un portento de la ingeniería.
«Uno de los principales fundamentos que nos aglutina en APHA
–concluye Ferreyra– es la certeza de que podemos, con hechos culturales, poner presencia en la ausencia, restituyendo la importancia fundacional de la estación de ferrocarril. No nos olvidemos que desde ella se trazaban los pueblos, partían las calles y eran sitios de encuentro. La estación volverá a ser el lugar central de la memoria».

—Texto y fotos: Bibiana Fulchieri

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