29 de marzo de 2017
En julio de 2016, vecinos de Bernal fueron testigos de la destrucción de más de 4.000 metros cuadrados de bosque nativo con árboles centenarios, entre ellos talas, ceibos y curupíes. Este bosque es la entrada al humedal de la costa bernalense, área protegida por la Ley Nacional de Bosques Nativos 26.331. Desde la Asamblea No a la entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda se denunció y responsabilizó al municipio quilmeño por autorizar el ilegal desmonte. Si bien desde la municipalidad reconocieron «el error» y no continuaron con la tala, el daño causado por las topadoras fue enorme. Sin embargo, gracias a las acciones concretas de los vecinos autoconvocados se lograron salvar (y replantar) muchas de las especies arrancadas de raíz. Una tarea que no termina, ya que periódicamente se llevan adelante jornadas de reforestación a modo de «sanar» el daño ambiental causado en el último pulmón verde de la zona.