11 de diciembre de 2015
El ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTE) Club Atlético funcionó en los sótanos del edificio del Servicio de Aprovisionamiento y Talleres de la División Administrativa de la Policía Federal Argentina –sobre la Avenida Paseo Colón, entre Cochabamba y San Juan, en el barrio de San Telmo– desde fines de 1976 hasta diciembre de 1977. Se estima que pasaron por el centro clandestino entre 1.500 y 1.800 personas, la mayoría de las cuales continúan desaparecidas. Este CCDTE formó parte del circuito represivo compuesto sucesivamente por Club Atlético, El Banco –en la localidad bonaerense de La Matanza– y Olimpo –en el barrio porteño de Floresta–.
El edificio fue demolido a fines de 1979 para la traza de la autopista 25 de Mayo sepultando una cantidad innumerable de objetos que, en la actualidad, cruzados con los testimonios de los pocos sobrevivientes y la investigación del equipo interdisciplinario que viene trabajando desde hace unos años, brindan una valiosa información para la reconstrucción de la memoria.
El equipo está integrado por arqueólogas, conservadoras, historiadores y educadores. Las primeras excavaciones comenzaron en abril de 2002, luego de movilizaciones y denuncias llevadas adelante por organizaciones sociales y vecinos del barrio desde mediados de los 90 en el mismo espacio del ex CCDTE, abandonado por entonces. La arqueóloga Laura Duguine cuenta que varios testimonios de sobrevivientes refieren que «al lado de la sala de tortura había una radio donde podían escucharse discursos de Adolf Hitler o marchas alemanas». Mientras que la conservadora Valeria Contissa agrega que «un sobreviviente tenía idea de que había estado detenido por esta zona ya que escuchaba a sus represores siguiendo los partidos de Boca desde la radio y comentarios acerca de que estando tan cerca no podían ir a la cancha». Otro sobreviviente contó que había un sonido constante, como de una pelotita de ping pong, que se había convertido en una tortura más. Creyó durante años que los torturadores reproducían una cinta con el repetitivo y enloquecedor sonido. Sin embargo, las excavaciones dieron con aquella pelota y confirmaron que aquellos partidos eran reales.
Este objeto, como muchas de las piezas recuperadas en las excavaciones, se exhibe en las vitrinas de un viejo edificio del Gobierno de la Ciudad –sobre la avenida San Juan– donde funciona el laboratorio de arqueología del ex CCDET. El equipo realiza además visitas guiadas para colegios y escuelas, investigadores de otros centros clandestinos del país y del extranjero, como así también a todos los que se acerquen al espacio. Este año lo visitaron cerca de 1.000 personas, cifra récord desde la inauguración del proyecto hace más de una década. En el terreno de lo que supo ser el ex CCDTE Club Atlético la mayor parte del trabajo aún resta por hacerse. Lo realizado hasta ahora es apenas la punta del iceberg. La continuidad de la tarea depende tanto del apoyo estatal como de la solidaridad ciudadana, ya que se requieren sofisticados trabajos de ingeniería para continuar excavando bajo la autopista en busca de la reconstrucción de la memoria que nos concierne a todos.
—Texto y fotos: Kala Moreno Parra