10 de mayo de 2017
Hasta la década del 70, las fábricas y los frigoríficos que funcionaban en la Isla Maciel daban empleo a miles de trabajadores, que a diario y durante las 24 horas surcaban las aguas del Riachuelo en botes a remo. A los pies del Puente Avellaneda, las más de 40 barcazas que unían las riberas de la Boca y de la Isla en cinco minutos aguardaban a sus pasajeros. En la actualidad, solo tres boteros hacen el cruce, debido a que el puente nuevo –y su paso peatonal– hirieron de muerte a este servicio de transporte. Desde hace varios años, las autoridades nacionales amagan con la reinauguración del Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, abandonado a su suerte hace más de 50 años. El Ministerio de Transporte de la Nación anunció que está prevista para los meses próximos. La reapertura no es vista con desconfianza por los históricos boteros. Suponen que hará crecer su actividad y la ligará con los numerosos turistas que visitan el barrio de La Boca.