12 de febrero de 2014

Los herederos del hondurazo debieron retroceder. La nueva ley de Información Secreta, impulsada por la bancada oficialista, tuvo que suspenderse debido a las fuertes críticas. «Imprecisa, discrecional, votada apresuradamente, una nueva derrota para la libertad de información en uno de los países más peligrosos del continente» había dicho Reporteros Sin Fronteras. «Es un retroceso en la lucha contra la corrupción e interrumpe un proceso encaminado a tener un Estado más abierto y transparente» agregó un colectivo de 12 organizaciones sociales. La norma permitía al presidente Juan Hernández, consagrado en elecciones dudosas,  clasificar información oficial discrecionalmente e imponía penas de prisión para quienes difundieran datos que el gobierno había declarado secretos.